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sábado, 10 de abril de 2010

CAPITULO 2. MAL DÍA?

- eh... pues... - genial, ese deifinitivamente no iba a ser un buen día para él... - dije, dije que me gustaría tener tu talento para escribir... - al menos su habilidad para mentir ante él todavía funciona para sacarle de esa clase de apuros en los que no es la primera vez que se mete.

- mi talento? - se acercó al muchacho, sentándose en la silla del lugar de Max... -

- si, todos sabemos que compones canciones lindísimas, a mí me gustaría poder hacerlo con esa habilidad... -

- gracias, pero Su, en dado caso yo envidio tu talento para bailar... - le regresó el halago, no por compromiso, sino porque de verdad lo pensaba así... Xiah desvió la mirada hacia el ordenador, sabía que se había sonrojado por el cumplido y no quería que su amigo se diera cuenta.

- neh! Junho nos gana a todos, de eso no hay duda, en dado caso envidialo a él, vuelve locas a las fans con cada movimiento... - bromeó, esperando que la charla no se fuera a centrar en él, no estaba de humor para recibir halagos de mejor amigo... no cuando hoy más que nunca deseaba algo más...

- pero... -

- hey, chicos!... - escucharon el grito del líder desde la sala... - nos vamos a la ciudad, se les ofrece algún mandado de por allá... - les preguntó el morenazo (n/a babeando en el teclado nada más de pensarlo) con una sonrisa por demás pícara, ya en la puerta de la habitación...

- no, a mí no, gracias... - respondió el castaño...

- no, tampoco, que les vaya bien... - el pelinegro ya se imaginaba lo que estaba pasando por la mente de su hyung con esa mirada, últimamente le ha dado mucho por hacer bromas de tipo YooYu y JaeHo...

- vale, no vayan a hacer demasiado escándalo, eh!... - le guiñó un ojo a Micky antes de darse la vuelta para irse con los otros dos, que ya le esperaban en la entrada.

Junsu ni cuenta se dió, porque estaba más concentrado en el suelo que en su hyung, le ponía muy nervioso quedarse a solas con el pelinegro. El sonido de la puerta cerrándose les dejó saber que ya se encontraban solos...

- ¿Su, en qué piensas? - lo sacó de sus pensamientos.

- eh! no, en nada en especial... - se desembarazó el castaño, sonriendo para no preocupar a su amigo... - bueno, la cama te espera Chunnie ah, a dormir como tanto te gusta... - le dijo, medio en broma para molestarlo, medio en serio para que se fuera, no que le molestara su presencia, al contrario, la adora, pero no hoy, solo no hoy.

- mejor juguemos, ya que veo que no vas a hacer nada aquí... - y sin esperar respuesta ni opinión a nada, el pelinegro lo tomó de la muñeca y lo arrastró a la sala... - pon uno que no sea tan difícil, no quiero que me humilles... - Xiah sonrío, no podía negar que la idea de pasársela jugando con Micky era buena.

- es que el destino la tiene contra mí... - pensó con algo de ironía, un sentimiento de agradecimiento escondido en sus sentimientos frustrados.

Casi una hora después, Micky estaba sudando como si hubiera estado ensayando toda la tarde para un concierto. Es que ponerse al tú por tú ante Xiah Junsu era agotador, el único capaz de aguantarle el paso era Minnie, y eso porque son auténticos hermanitos de juego. Pero estaba dispuesto a no pararse de su asiento hasta no ganarle por lo menos una partida a su amigo, como que se llama Micky Yoochun, vale, es el nombre artístico, pero igual cuenta.

Junsu sabía que el pelinegro podía llegar a ser algo orgulloso, y esta era una de las ocasiones en las que estaba empezinado en ganarle, pero a él tampoco le gusta perder, además, si se dejara vencer seguro se da cuenta y le sale peor el remedio que la enfermedad.

Tenía que ganarle, pero cómo, si el condenado castaño era casi un profesional de los videojuegos, ya había intentado distraerlo con comentarios de todo tipo, y nada le había funcionado, vale, que aquello era trampa, pero era un pequeña trampilla blanca, nada importante, ni que le fuera a merecer el infierno, verdad? Como sea, él solo quería ganar una vez, era mucho pedir, una victoria, solo una. Y entonces, una idea, por demás loca, absurda y desesperada le cruzó por la mente, pero todo era por ganar, solo por eso y nada más; así que sin mucho pensarlo y viendo que estaba a punto de perder otra vez; el pelinegro despegó apenas unos instantes su vista del televisor, segundos suficientes para plantarle un beso a su amigo, beso que iba destinado a su mejilla pero que por alguna extraña razón de su mal cálculo fue a parar justo en la comisura de los sonrosados labios tan apatecibles de su amigo. vale, él no había pensado que eran apetecibles, cierto? Como fuera, había logrado su objetivo, puesto que ahora Junsu lo miraba con ojos desorbitados debido a la impresión de saberse sorpresivamente besado de aquella forma por su amigo; Micky reaccionó a tiempo para volver su vista al juego y ganar, por primera vez, una partida al castaño.

- sí, gané!!!! - gritó emocionado. Gesto más que suficiente para sacar al otro chico de su estado de shok, qué más daba una herida más en su corazón, de cualquier forma ya agonizaba cada día solo por amarlo, que el pelinegro sacara provecho sin ser consciente, era cosa de su mala suerte tan arraigada el día de hoy. Suspiró y decidió que mejor era seguirle la corriente...

- no vale, hiciste trampa, me distrajiste Chunnie ah.... - comenzó a discutir, como si aquella hormigueante sensación no lo haya llevado al cielo por un segundo, así fuera que el porrazo de vuelta a la tierra le haya dolido.

- ya, gané, fin de la discusión... - ignora infans pucheros infantiles de su delfín, el pelinegro se puso de pie, se estiró para relajarse después de tremenda tensión acumulada en la última hora...

- te acusuré con Appa, no mejor con Umma, recibirás tu castigo por ser un tramposo... - le espetaba con auténtico berrinche por haber perdido... - no sabes jugar, tramposo, tramposo, tramposo... -inflando las mejillas, se sentó de brazos cruzados, aparentemente muy malhumorado.

- sí, sí, acúsame con nuestros padres, eso no quita el hecho de que te gané... - se acostó en el sofá, colocando su cabeza en el regazo de su amigo.

- q.. qué haces... - cuestionó algo nervioso, su día no podía ir peor, de acuerdo que son los mejores amigos y se la pasan pegados como lapas, pero, en día de descanso el pelinegro suele ignorarle por completo porque prefiere tenderse en su blandita cama a dormir laaargas horas.

- qué no es obvio, voy a dormir... - respondió con una sonrisa, acomodándose mejor en las piernas del castaño.

- pues vete a tu cama, yo reprobé para funcionar como una... - bromeó el castaño, pero en serio esperaba que su amigo le hiciera caso.

- neh, me gusta estar aquí, es cómodo y calientito, no seas malo, déjame dormir un ratito así... - dicho lo cual tomó una de las manos de su amigo y la colocó sobre su cabeza... - hazme piojito... - le pidió.

Xiah suspiró resignado, definitivamente hoy no era su día. Comenzó a acariciar la cabeza de su amigo, sintiendo su suave cabello negro azabache, metiendo sus dedos entre esas hebras que despedían un agradable aroma fresco. Escuchó los suaves gemidos de conformidad de Micky, sonrío con nostalgia; esa escena se ha repetido en más de una ocasión y siempre espera que la próxima sea diferente. Apenas unos minutos después, Yoochun ya dormía plácidamente en los brazos de Morfeo y las piernas de su mejor amigo.

- a pesar de todo, a pesar de que duele... amarte es lo más hermoso que me ha pasado en la vida, así sea que tenga que guardar silencio eternamente... - pensó, antes de quedarse dormido, igual que su mejor amigo.

SIGUIENTE

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