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sábado, 10 de abril de 2010

CAPÍTULO 8. TODO PASÓ EN LA COCINA

La verdad que era un paseo de lo más tranquilo y muy merecido, aquél parque era poco concurrido por paseantes, quizá por eso lo estaba disfrutando más; no porque no agradeciera que fans se les hecharan casi encima cada que los ven por la calle, al contrario, aún cuando son algo escándalosas y extravagantes, las adora; hombre, cómo no, si se deben a ellas.

Pero estar ahí, acompañado de la persona que más ama en el mundo, aquel momento era simplemente perfecto, bueno casi, que sería genial si pudiera tomarlo de la mano, acariciarle el rostro y besar sus delicados labios.

Yunho sonrío mientras alejaba por un momento esos pensamientos de su mente, tenía que estar sereno si quería declararle su amor a su amigo, realmente no sabía cómo iba a reaccionar, si bien es cierto que últimamente lo ha descubierto mirándolo de forma diferente, que lo acaricia, tal vez sin darse cuenta, que bromea más empalagosamente, que le sonríe tiernamente, vaya, que tiene gestos que no había tenido con él antes... ¡caray! que aceptó a sus críos como de él también, o sea, su esposo. Pero, todo aquello pueden ser más que malinterpretaciones suyas, es por eso que no deja de tener miedo al abrirse completamente, exponerse cual libro abierto, entregar su corazón y no sentir más que una gran incertidumbre por lo que le deparará cuando lo haga.

- Yunho? - lo llamó el rubio, sentados bajo un frondoso árbol, solo observando el cielo azul sobre ellos, moteado por esporádicas nubes aquí y allá, un aire lento, fresco, agradable.

- qué pasa, Jae... - lo atendió, sus ojos encontrándose con los de su Boo.

- te quedaste muy callado, eso es un poco raro en ti, no digo que te la pases hable y hable, pero no te sueles quedar tan callado a menos que sea por algo que te preocupa... está todo bien, puedo ayudate en algo?... - la mirada del moreno de un momento a otro lo intimidó, estaba cargada de una emoción que lo hizo estremecerse, ahí, por primera vez sintió que vio el fondo del alma de su amigo; pero no apartó su vista, no quería que él pensara que le molestaba, porque realmente no era así, por el contrario, lo hacía sentir especial, seguro.

- esta todo bien, pero puede estar mucho mejor, de eso estoy seguro... - tomó la mano de su amigo, observando su blanca piel con sumo detenimiento ante un sonrojado Jae que no sabía qué hacer, Yunho en verdad sabía como cohibirlo.

- uy, tortolitos en acción... - se escuchó de pronto una voz ronca con tono burlesco. Ambos chicos voltearon de inmediato, ahí ante ellos estaban cuatro jóvenes de apariencia poco agradable, y el moreno supo que lo único que iban a buscar era problemas.

........

- vamos a algún lado, Chunnie, dormir todo el día no es realmente divertido para mí... - pedía impaciente a su nov... amigo... -

- es que tú eres muy hiperactivo, Susu ah... - pero no se movió, el ratón seguía cómodamente acostado en las piernas de su nov.... amigo... -

- pues sí, y tú eres muy holgazan cuando te lo propones, verdad... - el delfín intentó moverse, pero el pelinegro no le permitió movimiento alguno, puesto que ahora estaba a horcajadas sobre él...

- qué, qué haces, ratón pérvertido... - sumamente nervioso, el castaño quiso sacarse de encima al pelinegro, pero era más fuerte que él (n/a neh, lo que pasa que en el fondo estaba encantado con esa posición), además, desde ahí, él podía ver claramente que Chun estaba sonrojado y tenía un brillo especial en sus ojos.

- sabes, yo creo que podemos hacer una pequeña modificación a nuestro trato, yo también quiero mostrarte mis técnicas de seducción... - su voz varonil y muuuyy sensual le llegó como una oleada de calor que lo invitaba a ceder a sus instintos primarios.

Micky se acercó a besar los labios de Junsu, pero solo los rozó para inmediatamente dirigirse a besar el cuello del castaño, extasiándose con lo suave de su piel y ese sabor único a dulce, tan dulce como él, su delfin. Xiah no pudo evitar comenzar a excitarse con aquél ataque por parte de Yoochun, los suspiros se convirtieron pronto en gemidos cuando la mano del pelinegro se coló por su playera y comenzó a acariciarle el torso de una manera que sentía que con solo esos toques podría llevarlo al clímax sin necesidad de más nada.

- Chunnie... espera... por favor... - con tono entrecortado y el calor subiendo gradualmente en su cuerpo, el castaño seguía esforzándose por no ceder ante su "amigo"

- realmente quieres que pare, Su... - sus caderas se frotaron una contra la otra en un gesto inconsciente del cuerpo pidiendo por un contacto más íntimo, las hormonas tomando control de la situación. Ambos gimieron de intenso placer.

- yo... sí, Chunnie, quiero que pares... - decepcionado, el pelinegro se separó, no entendía porqué Su aún no quería dar el siguiente paso con él... - perdón Chunnie, es solo que... no estoy listo aún.

- está bien Su, te amo, y sabré esperar hasta que tú quieras, solo que no puedo evitarlo, te deseo Susu ah, más que a nada, y pierdo el control... -

- porqué no salimos a algún lado... - pidió el castaño, sonríendole con dulzura, esperando diluir un poco la tensión que inevitablemente se formó.

- sí, porque si nos quedamos aquí, capaz que termino violándote, delfin... - regresando la sonrisa, el pelinegro le dio un beso tierno a su "amigo" antes de ambos alistarse para salir.

....

- no hay nadie, dejaron una nota para decir que volverían para la cena... - informó Jae al moreno, volviendo a la cocina donde Yunho sostenía una bolsa con hielo en su ojo izquierdo... - no debiste pelearte con esos sujetos Yunho, mira nada más como te dejaron... - le hizo retirar el hielo y comenzó a limpiar la cortada que tenía en la ceja, producto de un golpe certero que lo había alcanzado.

- aish... - se quejó el moreno, el alcohol ardía.

- ups, lo siento... - el rubio comenzó a soplar. Yunho solo se le quedó viendo como idiota... - nunca te había visto tan molesto, te pusiste como energúmeno.

- y qué esperabas, se metieron contigo, no iba a quedarme nada más escuchando, o sí?... - se defendió el líder, sintiéndose indignado por cómo pretendía que hubiera tomado las cosas.

- también se metieron contigo, de hecho tú solo reaccionaste así cuando comenzaron a decirme cosas a mí... - le aclaró el rubio, colocando ya una bandita en la herida, dedicándose ahora a la herida en el labio, el moreno respingó otra vez cuando el alcohol le llegó a la carne viva... - te pusiste celoso?

- sí... - susurró, pero el rubio lo escuchó perfectamente.

- por qué?... -

- porque... - cómo le costaba sacar las palabras en el momento más indicado, sentía que se le atoraban en la garganta, ya seca de tanto nervio...

- sabes, eres muy celoso con nosotros... - siguió hablando el rubio, descolocando al moreno al mencionar ese "nosotros"... - me gusta cómo nos defiendes siempre que es necesario, aunque hoy hayas llegado algo lejos por mi culpa... - clavó su mirada en la del moreno... - pero, he notado que eres especialmente celoso tratándose de mí, Yunho... -

- eso te... molesta?.... - le preguntó, el rubio dejó un momento su tarea de curarlo para sentarse sobre el pretil e indicarle a su amigo que se acercara para continuar desinfectando su herida en el labio (n/a mero pretexto para seguir hablando píllines! ejem, ejem...), terminó parado entre las piernas del rubio, impaciente por recibir respuesta de él.

- no realmente, de hecho... me gusta, me haces sentir bien... - ambos se sonrojaron ante la confesión... - pero espero que lo de hoy no se repita, no me gusta que te lastimes por mi culpa... - bajó la mirada apenado, no es que él fuera débil, era que Yunho siempre se ponía primero para recibir cualquier comentario o golpe.

U-know le tomó el mentón y lo alzó suavemente para encontrarse nuevamente con la mirada del rubio... - daría mi vida por ti... - susurró con una voz cargada de seguridad y ternura, Jae se sonrojó aún más.

- pero no vayas a hacer nunca eso, qué haría yo sin ti... - enrolló con sus piernas la cintura del moreno, acercándolo completamente a sí, gesto que sorprendió a Yunho, aunque no dejaban de mirarse profundamente... - dímelo Yunho... dímelo... - susurraba, acercándose despacio al rostro de su amigo... -

- Te amo... - respondió sin esperar a que se lo pidiera una vez más, sabía que eso era lo que su Boo quería escuchar, era extraño, era como sentir que lo sabían desde antes, que no hacían falta demasiadas palabras o explicaciones, solo esas que los llenaban de una felicidad indescriptible, de una dicha interminable.

Fue un beso tranquilo, suave, tierno y acompasado, cargado de ese amor que se profesan tal vez desde años atrás, pero que hasta ahora fue momento de revelar. Los labios del otro eran suaves, cálidos, deliciosos, eran un manjar al que se volvían adictos con cada roce y caricia que la boca del otro le entregaba. Se separaron vaya dios a saber cuánto tiempo después, solo sabían que era necesario algo de oxigeno o morirían ahí mismo de tanto amor, y era preferible disfrutarlo mucho, pero mucho tiempo más.

Se miraron con una sonrisa bailando en toda expresión de sus rostros.

- yo también Te Amo, Junnie ah... - el moreno no ocultó su enorme felicidad al escucharlo de su sensual voz, atacó con pasión la boca de su amado, rodeando la cintura del rubio mientras éste se adueñaba de su cuello, apegándose sin tapujos un cuerpo al otro, disfrutando de la lengua invasora al principio, aliada ahora en una danza candente del deseo más puro.

De un momento a otro la temperatura se elevó a grados intolerables, el moreno gemía por las lamidas que el rubio dejaba en su cuello, era una braza ardiente que lo estaba llevando a la locura, se sentía tan bien, le fascinaba cómo lo besaba, lo mordía ligeramente, lo lamía sin dejar rastro de piel sin humedecer, dejando una estela de pasión. Yunho quería darle también de su candor, robó un nuevo beso apasionado antes de ser él quien besara el cuello de Jae...

- blanca como la porcelana, suave como el algodón... - susurraba entre besos y lamidas...

- ah, Yunnie... mmhhh... - las manos del moreno se colaron bajo la blusa del rubio, rozando suavemente su torso, su pecho, presionando ligeramente sus tetas, ya erectas cual fruto deseoso de ser probado. Yunho comenzó a subir la blusa para deshacerse de ella, lo hacía lentamente, no por mera pasión, sino más bien por si Jae se arrepentía, así él tendría tiempo de parar y no verse tan desesperadamente frustrado. Pero su amante no opuso resistencia alguna, por el contrario, en cuanto quedó desnudo de la parte superior de su cuerpo, se encargó velozmente de dejar en las mismas condiciones al chico.

- eres tan perfecto... - le dijo, admirando con detalle sus pectorales, su pecho, sus brazos, toda extensión de su piel. El rubio se mordía el labio, extasiado por la mirada de Yunho, el pecho de ambos subiendo y bajando rápidamente por su respiración excitada. Jae lo jaló por el cuello una vez más, besándolo, introduciendo su lengua sin pudor alguno, es que él era la sensualidad personalizada. Bajó sus manos hasta el trasero del moreno, arrancándole un sonoro gemido que se ahogó entre el beso. Después las llevó al frente, a comenzar a desabrochar el pantalón, cuando el otro par de manos lo paró... enfocó sus ojos desconcertado en los de Yunho.

- vamos a la cama, my sexy Boo... - aclaró sus intenciones, pasando sus manos por el trasero de Jae para levantarlo y llevarlo en brazos, las piernas del rubio se enroscaron a su cadera, comenzó a andar hacia la habitación, Jae aprovechaba el perfecto acceso que esa posición le brindaba del cuello de su amado, dedicándose por entero a seguir besándolo... - como sigas así, creo que no llegamos a la cama, Boo... - habló con voz acelerada, aguda y varonil, simplemente extasiado.

- llévame a tu cama, Yunnie, quiero estar rodeado de tu olor... - le pidió hablándole al oído, mordiendo despacio el lóbulo, haciéndole gemir una vez más... gemidos que están seguros, no pararán en un buen rato.

......

- oh, mira, ahí está Min... - en la tienda de videojuegos al frente de donde se encontraban estaba el menor, debatiéndose entre un par de aquellos preciados tesoros que compartían él y el delfín. Cual niño pequeño, el castaño dirigió sus pasos hacia el lugar, dejando atrás a un ratón ceñudo.

- y porqué le tiene que dar tanta alegría ver al glotón... - murmuró por lo bajo, frunciendo el ceño en desagrado, andando lentamente tras su "amigo".

- mh, es el nuevo... - exclamó con evidente entusiasmo, arrebatando el objeto de manos del menor.

- ¡oye! dónde quedaron tus modales, delfín excepción a la regla... - comenzaron la ya normal discusión.

- no te quejes, se nota que no trajiste dinero contigo, por eso estabas pensando en cuál llevar, pero yo, como buen hyung que soy compraré este y tú ese, barril sin fondo... - le siguió la corriente, sabiendo que Min cedería puesto que ambos adoran pasar horas enteras jugando.

- ya verás, me las pagarás, voy a ganarte, a romper todos tus records y convertirme en el nuevo rey de los videojuegos... -

- están llamando la atención, así que porque no solo se callan y compran esas cosas... - señaló despectivamente esos objetos (porque para él no eran más que eso) motivo del mucho tiempo que en los últimos dos días han pasado su delfín y el menor, haciéndolo sentir muy celoso.

- y ahora, porqué tan enojado?... - cuestionó intencionadamente, sabía perfectamente que su hyung estaba celoso, se le notaba en la mirada, en la forma de dirigirse a ellos cuando están juntos, de separarlos con cualquier pretexto estúpido cuando se abrazan (insistimos, con intención, como parte del gran plan que Min ideó, causar celos simpre es la mejor técnica para unir a dos personas que se aman de verdad)

- no estoy enojado, solo quiero salir de aquí... - suavizó un poco, muy poco, su expresión.

- vale, ya vamos... - Junsu jaló a Min de la manga para ir a la caja y pagar, haciendo de cuenta que no se había dado cuenta de nada, pero por dentro estaba más que feliz por la actitud de su ratón, si todo seguía así en un par de días más Micky ya habrá caído en la cuenta de que solo es cuestión de una pregunta y él será completamente suyo.

......

Lo recostó delicadamente sobre las sábanas azul claro de su cama, repartiendo besos por su cara, dedicando especial atención a su boca; bajando por el cuello, deslizando sus manos hacia su pecho, donde por minutos exploró cada centímetro de esa blanquecina piel, seguro de que jampas se saciaría de él, de besar, chupar, lamer y mordisquear esos pequeños montes que lo hacían gemir y arquear la espalda con extasis, que descontrolaban sus sentidos, que lo urgían a cerrar los ojos del placer que le otorgaba. Pero quería, ambos querían y necesitaban más.

Las manos de Jae se dirigieron nuevamente a su objetivo, acarició la entrepierna ya erecta del moreno por sobre la ropa, debía dolerle tanto como a él, por lo que rápidamente la liberó de esa molesta prenda, que igual que la suya, terminó en el suelo junto con los boxer´s de ambos. Se admiraron un momento en completa desnudez, y sin mediar palabra, porque no había espacio para más que suspiros y gemidos, las manos de ambos se concentraron en masturbar al compañero, eran novatos después de todo y solo podían hacer lo que el instinto les marcaba.

- aahhh... Yun, mmmhhh... Yunnie, quiero... aaahhhh... - qué complicado era poder enlazar una frase coherente en ese momento... -

- mmmhhhh... Boo... - el rápido movimiento de sus manos desaceleró, dolía tener que parar, pero si su JaeBoo quería pedir algo, él estaba dispuesto... - qué sucede...

- ésto... - una sonrisa lasciva y una mirada cargada de lujuria fue la que le dirigó, mientras descendía hasta la entrepierna de Yunho y comenzaba a lamer toda su extensión, jugando con la punta, arrancando gemidos graves, incrementando el calor en la habitación. Lo metió despacio en su boca, saboreando el salado sabor que lo cubría, dejando que su lengua lo acaricie en su camino. Cuando estuvo todo en su interior comenzó a bombear de arriba a abajo, acelerando conforme la propia mano de Yunho le indicaba pues tenía sujeta su cabeza. Los gemidos se convirtieron en gritos, una sola palabra entendible en su repertorio . Sintió un calor abrazador recorrerle el cuerpo, concentrándose en su bajo vientre, sabía que el orgamos estaba por llegar... explotando totalmente en una última, lenta y experta succión en toda su extensión, liberando su semilla en la boca del rubio,que tragó todo lo que pudo y después lamió cualquier residuo olvidado en su miembro.

Sin esperar más, el moreno recostó a Jae y se metió su miembro a la boca, se sintió un poco culpable porque estaba más que hinchado y doloroso, por haberle dedicado atención antes a él. Comenzó a lamer, besar y succionar aquel trozo de carne tan delicioso como cada parte de ese cuerpo perfecto que estaba entregándose por completo a él, en su primera vez, pero no la última. Jae se mordía el labio tratando de contener cualquier grito, aprisionaba con fuerza las sabanas, movía inconscientemente sus caderas hacia arriba buscando mayor placer al sentirse más dentro de la boca de Yunho. Unos minutos después su orgamos llegó, descargando su semilla en la boca del moreno, que la tragó completamente, sintiendo un sabor especial cuando mezcló la escencia de su Boo y la propia en un apasionado beso.

Siguieron acariciándose un momento más, caricias mas tiernas, no menos reservadas, dándose tiempo para recuperarse para continuar. No faltaron las palabras de amor, sobre todo esa pregunta que cierto delfín muere por escuchar de cierto ratón.

- Boo, debí preguntar antes, pero... serás mi pareja, serás mi novio a partir de ahora... -

- considera esto como un definitivo sí... - lo besó con toda la ternura de la que era capaz, cuando se separaron tomó la mano del moreno y comenzó a lamer sus dedos... - y esto significa que quiero que continúes.... -

- Boo, eres tan endemoniadamente sexy... - cuando sus dedos estaban suficientemente humectados con la saliba de su Boo, las dirigió a la entrada del rubio... - si es dem...

- ni lo digas, es más el deseo que tengo de sentirte dentro... - le cortó, el dolor no importaba, sabía que iba a estar ahí al principio, pero que se iría tan pronto como se acostumbrara a él.

Ya dilatada su entrada, y sus miembros erectos una vez más, Yunho dirigó su erección a ese pasaje, inexplorado hasta ese momento pero que sabe le pertenecerá desde ahora, como él le pertenece a Jae. Se introdujo lentamente, besando a su novio y acariciando su miembro para aminorar el dolor que sabe debe sentir; una vez completamente adentro aguardó un momento para que el rubio se acostumbrara a su intromisión. Seguía hablándole al oído, diciéndole cuánto lo ama, besando esas pocas y rebeldes lágrimas que escaparon de sus hermosos ojos. Hasta que sintió las caderas del rubio comenzar a moverse contra él, iniciando las embestidas a ese cuerpo de dios que formaba uno con él. Incrementando el ritmo y la velocidad conforme la pasión lo marcaba, Jae se abrazó a él, cambiando un poco la postura, pero que les daba un placer aún mayor ahora que el miembro del rubio se encontraba aprisionado entre ambos cuerpos. Los gemidos siguieron inundando la habitación, el sudor resbalaba por sus pieles brillando cual trozos de diamante. Los besos apasionados se sucedían cada tanto, aquel placer no tenía comparación con nada, era tocar el cielo, viajar al paraíso, flotar en el espacio cideral, trascender en la espiritualidad... Yunho separó a Jae lo suficiente para poder masturbarlo ahora que se acercaban a otro orgasmo, verle el rostro rebosante de placer era incentivo suficiente para que la explosión llegara para ambos al mismo tiempo, derramándose él en el interior de su Boo y Jae en la mano de su novio.

Sus cuerpos temblaban al haber alcanzado tan gloriosa unión, Yunho dejó con cuidado el cuerpo de su novio, salió despacio de su interior y se recostó a su lado. Al principio cada uno estaba en su propio mundo, todavía saboreando las sensaciones que dejara el orgasmo, lentamente recuperando las energías, la respiración y el tono muscular normal.

- fue... increíble... perfecto, Junnie ah... -

- sí, lo fue JaeBoo... - pasó un brazo bajo el cuerpo de su novio, instándolo a recostarse sobre su pecho. Ambos con sendas sonrisas bien marcadas en sus labios.

- solo un momento, tenemos que estar decentes, los chicos no deben tardar en volver... - Jae tomó la otra mano de Yunho para acariciarla.

- de acuerdo... habrá que tomar un baño... - comentó con picardía, besando el cabello del rubio.

- pero mejor por separado, de lo contrario duraremos otra hora en eso... - besó la naríz del moreno... - y todavía hay que cambiar la cama... -

- mh, vale, pero espero que podamos hacer el amor pronto...

- eres un pervertido, Yunho... - respingó sonrojándose violentamente.

- que ese no era el título de Micky?... - cuestionó divertido por la reacción de su Boo.

- pues si hacemos esto a menudo, con lo impulsivo que eres, capaz le quitas el título con la de ideas que te pasan por la mente... - Se enredó en la sabana saliendo de la cama.

- me encanta que seas así... - dijo refiriéndose al hecho de que ahora cubriera su desnudez cuando acababan de hacer el amor. Él en cambio, no tuvo problema alguno en recoger sus ropas en traje de adán, mientras Jae se escabullía al baño.

SIGUIENTE

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