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sábado, 10 de abril de 2010

CAPÍTULO 4. LUJURIA Y CELOS

La reunión familiar no era más que eso, pero ya que Keanu tan abiertamente les dijo que sabía sobre sus relaciones, los chicos se relajaron bastante más para hablar, tomarse de la mano o hacerse algún mimo. Y mencionar lo de sus embarazos, cosa que de alguna forma también le dio más seguridad al chico raro, Jun Ho no iba a dejar de amarlo de la noche a la mañana, cierto?

Pasaron horas conversando de una y mil cosas, sobre todo de los niños y las cosas que han ido aprendiendo, así como los embarazos de Ji Yong y Min; Jun Ho y Kohei mencionaban que lo han pasado (relativamente) tranquilos, nada de sustos, antojos que se pueden cumplir fácilmente, la primera ecografía que ya les permitió ver a sus pequeñines en perfecto desarrollo hasta el momento.

- y, saben ya el sexo?... – cuestionó todo curioso el mayor.

- esperamos un varoncito... – respondió orgullosamente Kohei, Min solo sonrió, recordar la sensación que tuvo cuando pudo ver a su pequeño en la pantalla de la eco, lo hacía muy feliz, a pesar de todavía ser tan pequeño, saber que en su vientre crece la prueba de su amor con el bailarín más real de todas... simplemente no puede ser descrito.

- nosotros también tendremos gemelos... – Jun Ho también se sentía orgulloso, aunque su novio quiso que dejaran el conocimiento del sexo de los bebés para el día de su nacimiento, él era feliz sabiendo que esperaba a dos nenes también.

Keanu escuchaba atentamente, y podía ver en la mirada de cada uno ese sentimiento de dicha, orgullo, felicidad, amor; al hablar de sus hijos, tanto los que ya andan corriendo y haciendo travesuras, como aquellos que crecen en esos dos jóvenes. En ese momento era solo Eros quien controlaba su mente y su cuerpo, pero podía sentir como Anteros deseaba salir y “jugar” con alguno de esos chicos; despidiendo esa esencia aromática que buscaba despertar la pasión.

- seremos una familia más grande aún... – el moreno miraba a todas esas personas a su alrededor y se llenaba de un orgullo de padre que podía con cualquier preocupación pasada, y que lo motivaba a enfrentar lo que fuera en el futuro, porque así como les ve ahí, sonriendo contentos con su vida actual, es como sabe querrá verlos para siempre.

- nada más faltarían otros tres pequeños y ya podríamos formar un equipo de fútbol... – el gemelo contagió a todos con la risa por su comentario.

- pero así ya completamos el de basketball y hasta tenemos banca... – señaló el pelinegro.

- pues también tendríamos el de volleyball y dos de recambio... – opinó el mayor.

- y si seguimos investigando seguro descubrimos que tenemos el equipo exacto para varios deportes más... – interrumpió el chico raro con una sonrisa, luego todos se largaron a reír.

- bueno, es tarde ya, y no quiero que le de el aire fresco a mi nene... – el gemelo vio que afuera comenzaba a oscurecer.

- vengan más a menudo, o nosotros tendremos que ir a su departamento... – todos se pusieron de pie para despedirlos.

- bueno, pues creo que nosotros también nos vamos, verdad Kohei... – el menor se preguntaba si ya veía “moros con tranchete” (n/a sí conocen la expresión, verdad), porque su adorado (sarcasmo) “clon” no le quitaba la vista de encima a su novio.

- sí, claro Min.. -

- ah, sentí tan corta la tarde... – Jae abrazó fuerte a cada uno de los que se retiraban... – ya quiero que pase más rápido el tiempo... – decía acariciando el vientre de Min...

- sí, ya quiero verlos con la tripa abultadísima... – mientras que Junsu no dejaba de acariciarle el vientre a Ji Yong.

- si supiera cómo, yo con gusto te pondría otra vez igual... – le susurró seductoramente el pelinegro a su novio, abrazándolo por la espalda, oliendo su cabello.

- Chunnie... – murmuró apenado el castaño. Que además pudo sentir sobre su trasero que cierta parte de la anatomía de su ratón comenzaba a despertar... -

- oigan! Que aún no nos vamos... – respingó el gemelo, que todavía se sentía raro cuando veía en ese plan a su hermano y a su cuñado. Y claro, con lo sonrojado que se puso el delfín, y lo pegado que estaba el ratón a éste... su imaginación vuela.

- no es como que lo esté desnudando, o sí?... – Yoochun sonrió de manera inocente, sin alejarse ni un centímetro de su querido delfín, que no sabía porqué (neh! Sí que sabe, semanas de no hacerlo) pero la sangre le hervía y quería poder llevarse a su novio a la habitación y darle todo ese amor apasionado que circula por sus venas.

- pervertido... – atinó a decir el gemelo. El resto solo había estado viendo ese peculiar intercambio de opiniones entre los cuñados.

- vamos ya, Jun Ho, quiero que lleguemos al súper por algunas cosas... – el chico raro, sonriendo como siempre, jaló del brazo a su novio para poder irse de una vez. Que el YooSu no era el único que se veía algo “acelerado”, Yunho y Jae tenían fuego en los ojos y por la forma en que el moreno tenía sus manos bajo la camisa del mayor... hacía mucho calor en la casa. Y él comenzaba a sentirlo también.

- nosotros también nos vamos ya.... – el menor arrastró a su novio fuera del alcance de la vista de su “clon”, no le agradaba, y no se cansaría de decírselo mentalmente cada que lo quisiera, Kohei es suyo y de nadie más, tanto que tuvo que pasar para ser la pareja de enamorados futuros padres primerizos para que alguien venga a estropearle la existencia... no señor, de ninguna manera, así sea su viva imagen, es más, con mayor razón por ello.

El Yoosu y el JaeHo le miraron algo sorprendidos, Min no era de los que celaba tan posesivamente a su novio, pero desde el embarazo ha dejado ver que no quiere prácticamente que nadie se lo voltee a ver. Aún así, les seguían pareciendo una pareja adorable y perfectamente estable, el bailarín vivía para el menor, y ahora hasta están esperando un hijo propio, no hay nada de qué preocuparse.

Cuando finalmente los cuatro jóvenes se fueron.

- si no les molesta, me gustaría ir a la ciudad a mirar por ahí... – Keanu tomó una chaqueta de cuero, que dios, que sexy se veía con ella.

- no, adelante, solo... ya sabes, cuidado con lo que haces... -

- sí, Yunho hyung, no te preocupes, se que debo cuidar la imagen de ChangMin... – sonriendo, el ojiazul decidió abandonar el campo de fuego que encendió la presencia de Anteros en su cuerpo. Y realmente no quería, no ahora, jugar con ninguno de ellos, tenía otro interés lejos de ahí.

- ve con cuidado... -

...........

Apenas la puerta de su habitación se cerró, Yoochun ya tenía a Junsu contra la primer pared que encontró, besando descontroladamente sus labios en tanto las manos del delfín descendían sensualmente por su pecho hasta alcanzar el cinturón del pantalón y comenzar a desabrocharlo.

Largos suspiros y suaves gemidos roncos comenzaron a escapar de sus gargantas. La camisa de cada uno ya estaban tiradas en el suelo, el ratón comenzó a repartir besos y lamidas por el pecho de su pareja, arrancándole gemidos más sonoros. Sintiendo cómo la entrepierna entre su ropa interior palpitaba deseosa de apoderarse de ese cuerpo que tanto ama. Le bajó el pantalón con urgencia, sacándoselo de un tirón, mismo destino que encontró la ropa interior. Luego se desvistió a sí mismo, le tomó las piernas al castaño, que estaba tan deseoso como él de unirse, colocándolas en los costados de sus caderas para que lo abrazara como sabe hacer y sucedió...

Siguieron besándose con una locura que les quemaba la piel, Junsu gimió fuerte cuando Yoochun lo penetró por completo. Hace tiempo que no sentía esa sensación de un encuentro “salvaje”, donde todo el acto fuera una clara muestra de lujuria, de pasión desenfrenada, de guiarse solo por el instinto de unirse en cuerpo.

El pelinegro comenzó a embestirlo con rapidez, cada estocada igual de profunda que la anterior, llegando hasta el fondo de ese estrecho pasaje que aprisionaba su virilidad dándole un intenso placer.

- más rápido... mmhhhh... aahhh... sí, así, Chunnie... -

- te deseaba tanto... aahhh, Susu... mmhhh... tan delicioso como siempre... -

El sudor corría como pequeñas gotas a través de toda su ardiente piel. El pelinegro sujetó fuerte al castaño y sin salir de él se dirigió a la cama. Lo recostó con cuidado, acomodándose ambos en la postura más cómoda.

- auch!... – soltó de repente el delfín.

- te lastimé... – preguntó con la voz alterada el pelinegro, nunca ha sido capaz de asimilar la idea de llegar a lastimarle en medio de su deseo irrefrenable de poseerlo.

- no, es... – el delfín levantó un poco las caderas, logrando un gemido en ambos porque aún estaban unidos, metió la mano bajo su cuerpo y sacó una de las flechas de juguete de su pequeño... – Yang debió dejarlo esta mañana... -

- entonces... – tomó el objeto que casi le baja la calentura y lo lanzó lejos... – sigamos donde estábamos... -

- ratón pervertido... – besó una vez más los labios de su pareja, transmitiéndole todo ese deseo contenido por largas semanas.

Micky retomó el ritmo de las embestidas, los brazos de Junsu se aferraron a su espalda, pegándose más a él, dejando el miembro del delfín entre sus torsos friccionándose delicioso dándole mayor placer al encuentro.

.........................

- mh, Yunnie... – el moreno le besaba el cuello succionando despacio de su piel de vez en cuando... – aahhh, nunca... nunca te había... – con suave trazo delineado con sus dedos, Yunho bajaba por la columna vertebral del mayor hasta presionarle el cóccix y lograr que se arqueara con un suave gemido...- visto tan... mmhhh....

- te deseo, JaeBoo... demasiado... – el líder despojó a su pareja de la molesta prenda que cubre su pecho y le impide sentir su piel, luego se quitó su propia camisa.

Se apoderó de la boca de su Boo con desespero incontrolado, metió su lengua en esa cavidad sin pudor alguno, disfrutando de ese roce que sus lenguas tuvieron al encontrarse, enredándose sin cesar en un fogoso beso que parecía llama ardiente avivando el fuego de su interior.

El mayor tocaba cada centímetro de piel con su suave tacto como la seda, manos que viajaban a lo largo y ancho de su espalda, de su pecho, por toda la extensión de sus fuertes brazos. El moreno en tanto desabrochó sus pantalones y los de su pareja, tomando su erección, comenzando a masajearla. Tomó una de las manos inquietas del castaño oscuro y la dirigió a su propio miembro, deseoso de ser atendido.

- tócame... – ordenó con ronca voz en el oído de su novio. Este obedeció sin más, fundiéndose en un beso más con súbita necesidad de apoderarse de esos labios que tan perfecto se ajustan a su boca.

Los gemidos librados de sus gargantas pronto se convirtieron en gritos de intenso placer que no se molestaron en callar u ocultar. El resto del mundo (léase, Yoochun y Junsu) habían pasado a un segundo plano que no tenía cabida en su entrega. El ritmo de sus manos aumentó y con ello el momento del primer orgasmo llegó, corriéndose en la mano del otro.

Jae lamió entre sus dedos para saborear la esencia de Yunho, éste podía menos que observar esa erótica forma suya de avivar su creciente deseo de poseerlo ya, lamiendo sensualmente, mirándolo con iris libidinosos. Cuando hubo limpiado su mano de todo residuo de su esencia, tomó la mano de su pareja para hacer lo mismo con su propia esencia, visto que el moreno no hacía más que observar. Gimió ronco la primera vez que la lengua de su Boo lamió uno de sus dedos, acto seguido él mismo le acompañó en la tarea, logrando que sus lenguas se llegaran a encontrar entre las lamidas que le daban a su mano, cuando la esencia de Jae fue retirada de esa mano, ambos se fundieron en un beso más que lujurioso, disfrutando así del sabor los dos.

Yunho se deshizo de los pantalones y la ropa interior de su Boo, luego éste hizo lo mismo con la ropa del moreno. Se dejó por completo a las fantasías de su pareja, permitiéndole que lo recostara sobre la encimera de la cocina, donde se han estado entregando en esta lujuriosa muestra de pasión. Sintió el frío en su espalda, pero no le importó porque pronto el calor que ambos desprenden lo sustituyó. El moreno colocó las piernas del castaño oscuro sobre sus hombros, era una postura que casi nunca hacen, normalmente deja que le rodee las caderas, pero esta nueva posición le permitía llegar más profundo en su interior y someterlo al control de sus embestidas.

- hazlo ya!... – ordenó con la voz más que excitada, podía ver el fuego en la mirada del moreno y sentía su propia entrada palpitar deseosa de ser ocupada por esa erección que lo lleva al paraíso con cada estocada.

- me encantas cuando te pones así... – el moreno le penetró lentamente, no perdiéndose cada detalle en el rostro de su pareja, observando cada cambio en él, ese ligero fruncir de ceño por el dolor que inevitablemente llega al principio, luego los ojos semiabiertos, la boca entreabierta, la respiración alterada, el sonrojo en su blanca piel, el gozo marcado en sus gemidos conforme va aumentando el ritmo de sus embestidas... – aahhh... te adoro, Boo... mmhhh...

- aahhh... así, Yunnie... más... mmhhh, aahhh... – el choque entre sus caderas era delirante, una sensación que nunca antes habían sentido, que los llevaba al borde de la locura, del desenfreno total...

..................

- hola, me invitas un trago?... – con voz seductora, un joven de complexión delgada, alto, facciones varoniles marcadas, barba de candado y unos preciosos ojos color miel; tomó asiento a lado de un chico de ojos claros de unos 25 años de edad que bebía con premura una copa de vino.

- los que quieras, guapo... – visiblemente afectado por el alcohol, el chico de ojos claros le sonrió con picardía a su nuevo “amigo”.... – sírvele una copa de tu mejor vino... – le dijo al barman... – no te había visto por aquí, eres nuevo en la ciudad, o un guapo turista buscando aventura?... – sin tapujo alguno, el chico le acarició a su “amigo” el brazo, bajando sensualmente desde su brazo hasta tomarle la mano con delicadeza.

- soy un chico nuevo en la ciudad que busca una buena aventura... me llamo Keanu Wolfgang... – Anteros tomó posesión de los pensamientos y el cuerpo de su hermano, adquiriendo una de las tantas formas humanas que Eros ha tenido. La apariencia de ChangMin le agradaba, pero era muy joven para lo que él buscaba, así que se hizo de ésta.

- me llamo Seung Kwan... – después de varias copas de vino, el chico de ojos claros llevó a su departamento a Keanu... – esto es lo que buscabas... – cuestionó con tono excitado, mientras devoraba con sus labios el cuello de su amante.

- y apuesto a que puedes hacerlo mejor... – el olor a alcohol inundó la habitación, pero eso poco les importaba en su estado y en medio de esa excitación.

Kwan era ágil para desvestir, lo que le hizo saber a Keanu que ese chico sabía mucho de amantes. Lo que necesitaba, alguien que supiera hacerlo gozar dando rienda suelta a su imaginación, que sabe, debe ser muy versátil

.......................

- Jun Ho?... – acababan de llegar, el gemelo había dejado las bolsas de mandado en la cocina e inmediatamente se había dirigido a su novio, quien estaba en la alcoba buscando el pijama, listo para darse un baño y disponerse a descansar; dejando besos a lo largo de su cuello, acariciando con urgencia su pecho bajo la ropa.

- mh... – oyó, más no escuchó al chico raro, estaba excitadísimo, desde que salieron de la casa de los chicos ha estado fantaseando con el momento de hacerlo suyo una vez más.

- qué... aahhh... – el gemelo apretó uno de sus pezones... – qué sientes por Min?

- cómo... – esa pregunta fue más que suficiente para que el gemelo se separara, sorprendido por tal cuestionamiento, temeroso de la mirada titubeante de su novio. Hasta la calentura se le bajó de golpe.

- es que... esta tarde, tú... – el chico raro se sentó en la cama, evitando la mirada de su pareja.

- le vi como le veo todas las ocasiones que no lo encontramos, no estaba viéndolo de ninguna manera en específico... – y las palabras del gemelo eran ciertas, solo que... tenía ese ligero sentimiento de culpa sabiendo que hubo un momento en esa tarde que sí recordó el encuentro aquél con el menor. Pero eso no significa que le guste!!

- y a ese chico, Keanu... -

- qué con él... -

- no te sacaba la vista de encima, a ti ni a Kohei... -

- no exageres, Ji Yong...

- oh, claro... yo exagero, verdad... – comenzó a alterarse.

- mira... – el gemelo meditó bien las siguientes palabras que fueran a salir de su boca, no quería que su novio se alterara, no es bueno para el embarazo, y además es una completa absurdez... – no me importa si me estuvo viendo o no, a mí o a Kohei, ese sujeto no me interesa en absoluto, y Min es un amigo solamente... Ji Yong, te amo... – el chico raro se relajó con esas palabras, aunque no dejó de sentirse inseguro al respecto...

- lo siento... supongo, ya sabes, las hormonas... -

- te vuelven loquito, no?... – el chico raro sonrió un poco ante eso.

- yo ya estaba loco antes de esto... – Ji Yong besó los labios de Jun Ho con ternura... – nada más mira de quién me fui a enamorar... -

- malo... – el gemelo le hizo un puchero, su pareja solo reía divertido... – mereces que te castigue... – se lanzó sobre su novio, pero como no quería aplastarle la tripa, al caer los dos sobre la cama, el gemelo se rodó a un lado, solo que...

- se te perdió algo?... – cuestionó con sorna al ver a su novio en el suelo, que no se había fijado que estaban a la orilla de la cama, y cuando se giró ya no hubo espacio que ocupar.

- ahora verás... – Jun Ho volvió a trepar sobre la cama, aprisionando al chico raro muerto de risa bajo su cuerpo, sujetándole las manos sobre su cabeza y sentado sobre sus piernas, casi a la altura de la entrepierna de Ji Yong... -

- se tierno, recuerda que llevo a nuestro hijo dentro... – sonrisa inocente, mirada tierna, mejillas sonrojadas, respiración descontrolada.

- te amo... – Jun Ho alcanzó los labios de su novio para besarlo suavemente y comenzar a recorrer con sus manos ese cuerpo que tanto adora.

Pronto la ropa de ambos ya estaba en el suelo, ambos cuerpos bajo las sábanas, solo se escuchaban los suspiros, los gemidos, los murmullos de amor.

.....................

- Min, amor; no se porqué insistes con eso, Keanu es... un tipo bueno, nos está apoyando... – el bailarín trataba por enésima vez de convencer a su novio de que Wolfgang no era amenaza alguna para su persona.

- cuántas veces tengo que repetírtelo, ese... sujeto... – el menor trataba de controlarse, no quería enojarse, no con su pareja, no en su estado, y menos por Keanu... – te comía con la mirada, no me agrada, querrá alejarte de mí, de mi familia... – el menor comenzó a llorar de impotencia. Kohei lo abrazó, a pesar de que su novio se movía en sus brazos tratando de apartarlo.

- yo no me sentí así, pero, aunque hubiera sido cierto, Min, yo te amo a ti, nadie va a separarnos, ese chico a mí no me interesa...

- es mi clon... -

- aunque lo sea, no me interesa, ya te lo he dicho, teniéndote a ti, sabiendo que tú estás aquí, el resto del mundo no me interesa, yo solo quiero ser feliz a tu lado, quiero que los cinco meses faltantes pasen ya para poder tener a nuestro hijo en brazos... – el menor se relajó en el abrazo, escondiendo su rostro en ese pecho donde el palpitar acompasado del bailarín le transmite calidez y seguridad.

- no me vayas a dejar nunca, Kohei, me muero si te vas... -

- la única forma de que te deje es muriendo, y en realidad, aún entonces, si tú no estás, yo seguiré a tu lado, así sea solo como un guardián o un ángel... -

- no hablemos de cosas tan tristes aún... – el menor unió sus labios a los del bailarín, disfrutando de ese contacto sublime y tierno que le hace sentir el hombre más afortunado del mundo abrigado por todo ese amor que le transmite.

........................

Cuando Seung Kwan despertó solo en su amplia cama, no se extrañó, era siempre igual, cada noche un amante nuevo... uno que le daba esa satisfacción carnal que no desplazaba el vacío de su corazón, en donde su antiguo “amigo” de la adolescencia sigue clavado.

No había querido aceptarlo antes, es más, creyó enamorarse alguna vez de alguien más, incluso cuando intentó cortejar a JaeJoong hace algunos años, tuvo esa firme creencia, pero cada que lo intenta, cada que alguien tiene algo similar a Ji Yong, el recuerdo de su pasado lo hace sentir el miserable que es. Sí, es peor que escoria, lo más penoso de la sociedad... tarde se dio cuenta de la bajeza que le hizo al chico raro cuando éste se entregó a él sin medidas, sin preguntas. Jura que incluso entones aquel encuentro íntimo no fue más que sexo... sin embargo, jamás ha sentido el mismo placer que entonces con nadie más, a pesar de que cada noche, en cada nuevo amante, lo busca... él siempre despierta solo en su departamento, pensando una vez más en Ji Yong.

- debería buscarte?... – murmuró viendo hacia el techo, pensando en que nunca se ha molestado siquiera en volver a su ciudad, a aquella casa... por temor... no a no encontrarle, por el contrario... a toparse con él, encontrarlo casado y feliz.

..................

Keanu volvió a casa a primera hora, aún antes de que sus hyungs se levantaran, que saben será para muy tarde con tremenda noche que se montaron haciéndolo seguramente en cada rincón de la casa, aprovechando la ausencia de sus pequeñines.

La cocina había sido según nota, su primer parada, puesto que aún estaba la ropa ahí. Y... el baño (de la primera planta) tal vez fue la segunda, porque está hecho un desastre con todas las cosas fuera de su lugar.

- sí que les hizo efecto la pasión... – murmuró con una sonrisa, cerrando la puerta de la ducha.

Subió con sigilo las escaleras, estaba todo muy silencioso sin los niños ahí. Abrió lentamente la puerta de la habitación del JaeHo, ambos recostados entre las desordenadas sábanas que solo les cubrían la parte más íntima de sus cuerpos, Jae recostado en el pecho de Yunho, las piernas de ambos enredadas, respirando tranquilamente.

- interesante contraste de tono de piel... – Anteros se acercó a ellos, acarició con uno de sus dedos la suave piel en uno de los brazos del mayor, sintiendo cómo se erizaba a su contacto, sin despertar... – blanca como la leche... – después acarició con lentitud la piel expuesta de una de las piernas de Yunho... – los morenos siempre me han parecido resultado de su fuego interno... – mirada lasciva.

Salió como entró, solo para dirigirse a la habitación del YooSu. Yoochun y Junsu dormían plácidamente también. Las cobijas estaban en el suelo, como la ropa de ambos. Se notaba que ellos no habían abandonado la habitación en toda la noche. El delfín estaba abrazado al ratón, rodeándolo con brazos y piernas como si mientras duerme se le fuera a escapar. El pelinegro tenía una de sus manos en las caderas del castaño, y la otra... dígamos que descansaba tranquilamente sobre cierta parte bien pronunciada del delfín.

- ambos son muy entregados cuando de intimar se trata... – de igual manera, se acercó a ellos, acariciando al castaño desde la punta de una de sus piernas, pasando por sus muslos y hacia arriba, pasando por la curva de sus caderas, hasta sus costados, roce que hizo que el delfín sonriera entre sueños por las cosquillas que le originó. Apartó su mano de él y la dirigió a los labios del pelinegro... – no puedo evitar la tentación de besarte... – Micky se movió haciendo un ligero reproche ante su toque... -

Finalmente salió de ahí, Eros había conseguido desplazarlo para tomar posesión una vez más de su cuerpo y mente.

- no se cuánto tiempo lograré controlarme... -

...............

Un par de días después...

Kohei atendió su móvil, suerte que tenían descanso. La llamada era de su novio, así que se sintió todavía mas aliviado de poder contestar.

- hola, todo bien?... -

- necesito que vengas... – su voz se escuchó alterada.

- te sientes mal?... – el bailarín se preocupó al escucharlo... aunque, esos no eran sollozos...

- no... Kohei... estoy ardiendo... y no de fiebre cariño... – el bailarín se sonrojó violentamente. Nunca antes su novio le llamaba para eso, y menos diciéndoselo de esa manera.

- pero, amor... – Kohei se arrinconó en la sala de ensayos, por si alguien escuchaba... – estoy en la disquera, en medio de un ensayo, no puedo...

- pero... te necesito, en serio, necesito hacerlo ya... -

- por dios, cómo me pones en estos aprietos... – y es que de imaginárselo, él mismo estaba comenzando a sentir calor.

- anda, ven... lo vas a disfrutar mucho mas que andar practicando lo que te sabes de memoria....

- amor, no puedo, en serio, qué se supone que diga para irme... -

- dile a Yunho que me siento mal, que te necesito urgentemente, cosa que es cierta, y seguro te deja venir... anda, Kohei...

- no puedo hacer tal cosa, no le voy a mentir al líder, me mataría si se entera...

- Kohei Uchimura, quiero tener sexo ahora!!!!! – habrá quedado alguien en la sala de ensayos que no escuchó tremendo grito?

- por dios, quieres bajar la voz... – apenado, es decir, sonrojado hasta la raíz de su cabello, el bailarín salió al pasillo, pero había gente caminando de aquí para allá, así que mejor se dirigió a las escaleras de emergencia, no suele haber nadie ahí...

- no quiero, quiero que vengas y me hagas el amor, o es que ya no me deseas... – el bailarín sabía bien que en ese momento su novio estaba haciendo un puchero y que los ojos se le llenaban de auténticas lágrimas. Las hormonas, claro.

- Min... sabes bien que sí que quiero, pero no puedes esperar a que salga del trabajo?...

- si pudiera esperar no te hubiera llamado...

- Kohei, el ensayo se retomará ahora... – Keanu apareció por la puerta, sonriéndole al bailarín.

- ese es Keanu?... – tono celoso en voz del menor.

- eh, sí.... – le respondió a su novio... – voy enseguida... – le dijo al “clon” del menor. Éste asintió con una sonrisa pícara y se fue.... – lo siento, te compenso cuando llegue, de acuerdo, te quiero... – y colgó.

................

- me colgó?... me dijo, te quiero?... siempre me dice Te Amo... y nunca me cuelga sin que antes le haya dicho algo... – el menor se dejó caer sobre el sofá refunfuñando, dejó el teléfono con brusquedad y luego se cruzó de brazos... – y porqué tenía Keanu que avisarle, él no es uno de nosotros, es decir, del grupo; tendría que haber ido a llamarle alguno de los bailarines... y si no era cierto lo que me estaba diciendo... me estará engañando?



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