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sábado, 10 de abril de 2010

CAPITULO 3. UNA SERIE DE ACCIDENTES

- ya despiértense tortolitos!!!!... -

Un par de horas después el castaño despertó sobresaltado porque cierto amigo suyo, haciéndose llamar su hyung y líder de su grupo, había hecho un comentario por demás absurdo y de una manera nada sutil, puesto que estaba seguro que todo el condenado edificio debío oír su adorable voz gritando aquél improperio. Cuestión aparte fue el despertar tan "agradable" que tuvo el pelinegro, siendo que ahora se levantaba adolorido del suelo, sobándose su tan bien formado cuerpecito (n/a ah, es que no puedo evitarlo, son todos unos encantos, es pecado que Diosito haya creado seres tan perfectos) después de que Junsu lo votara de su regazo al levantarse de un tirón ante la llegada sorpresiva de los otros tres.

- que, que cosas dices Yunho, nosotros no, no... - trataba de explicarse el castaño, desde cuándo se ponía tan nervioso con un comentario así, ni que fuera la primera vez.

- déjalo Su, será que tiene envidia... - atacó el pelinegro, mirando de soslayo a Jae, que sin dar importancia al escándalo en la sala, se metió a la cocina a guardar algunas cosas que compró. Min detrás de él haciéndole pucheritos de niño bueno esperando sonsacarle algún pastelillo que adquirió para los postres de la semana.

- tal vez una poca... - respondió el moreno, encogiéndose de hombros, cosa que sorprendió a sus compañeros. Como que últimamente estaba raro con todo lo que implicaba el JaeHo y el YooSu...

- será que en verdad le gusta Jae? - se cuestionó mentalmente el pelinegro, de solo imaginarse realmente se sintió un tanto incómodo, no que tuviera nada en contra de relaciones hombre-hombre, pero... iba a resultar bastante extraño.

La semana se fue de volada entre ensayos, un par de presentaciones y revisión de nuevos proyectos, lo que quedaba del año iba a estar lleno de trabajo, eso sin duda; así que cada que les daban un día libre lo aprovechaban al máximo, para desestresarse, relajarse, divertirse, espabilarse.

Aunque eso significara seguirle la corriente al más pequeño y darle en su gusto para que no anduviera de ansioso todo el día, pegado a su ordenador, o peor, comiendo como barril sin fondo por todo el departamento.

- solo a ti si te podía haber ocurrido jugar twister, Minnie... - señaló con un dejo se sarcasmo el líder, ya cansado por la posición en la que se encontraba, aunque siendo sincero consigo mismo, agradable. Medio cuerpo de Jae estaba sobre su propio cuerpo, mientras él estaba con sus cuatro extremidades sosteniendo todo su peso boca arriba, lo que le daba una mejor vista de su amigo.

- jejeje, pues ya saben, soy el peque de la familia, así que... - la ternura hecho humano, o sea, Changminnie (n/a... babeando una vez más el teclado n_n), estaba de lo más divertido haciendo sufrir a sus hyungs con aquél juego... -

- vale, vale, menos charla y más acción que estoy muy cansado en esta incómoda posición... - lo interrumpió nuestro adorable ratón, quien a saber, se encontraba completamente bajo el cuerpo de Junsu... (alguien ya se dió cuenta de que Min parece estar haciéndolo con toda la intención del mundo o_o!) y esa cercanía le inquietaba de sobremanera. Xiah se sintió morir un poco más con el comentario de su amigo, sabe que no lo hace con intención de herir sus sentimientos, puesto que para empezar son de total desconocimiento para el pelinegro, pero de solo imaginar que estar así le molesta, no quiere imaginar lo que sería si supiera la verdad.

- bueno, bueno, pero que genio, además, qué te puede incomodar si tú y Junsu son super amigos, y es a él a quien le estás viendo la cara... - replicó, no molesto, sino divertido con las posturas de sus cuatro amigos, demasiado tentado de fotografiarlos y subir las pics a la internet, donde sabe, miles de fans alrededor del mundo serían felices y hecharían a volar su imaginación con alguna nueva historia donde quedan como unos pervertidos... de pronto la mirada dulce y tierna de nuestro Minnie se transformó en una maliciosa al estar pensando en todo esto...

- oye Min, qué demonios estás pensando, nos piensas tener aquí todo el día y así, que es cansado... - lo sacó de sus cavilaciones Jae, no menos agotado que los demás... más bien preocupado por la cercanía con el cuerpo de Yunho y esas sensaciones que le empiezan a recorrer de pies a cabeza, agradables pero inquietantes.

- ya Umma... - si hay algo que saca de sus casillas a nuestro tierno JaeJoong es que le digan "mamá"... y estaba tan cansado y fastidiado con ese juego en el que llevaban ya largos minutos de agonía a manos del pequeño Min, que mandó a volar su autocontrol, un movimiento, un ligero movimiento hizo que los cuatro perdieran el equilibrio y calleran, a saber, en comprometedoras posiciones.

Jae se movió con toda la intención de ponerse de pie para atrapar al peque y darle una lección por llamarle "Umma", pero para su suerte fue a trastabillar con el pie de Junsu, acto seguido ambos se desequilbraron y calleron sobre sus respectivos compañeros, que por el peso cedieron y dieron de lleno contra el suelo, vale, contra el tapete del twister, pero igual duele. Jae y Yunho la libraron bastante bien, salvo porque el menor abrazó a su hyung por la cintura, mera consecuencia de la inercia de la caída (n/a seee, cómo no). Pero Junsu y Micky... ah, ellos se llevaron la parte más interesante... como estaban cara a cara, en algún punto de la caída sus bocas decidieron encontrarse y terminaron por darse un beso, apenas si debió ser un segundo, pero suficiente para sentir los labios ajenos sobre los propios.

Ahora se miraban con expresión atónita, ¿había pasado lo que creén que pasó?
¿de verdad se han dado un beso? Junsu aún no salía de encima de su compañero, si bien ahora su peso no estaba por completo sobre el pelinegro. Ambos sonrojados hasta la raiz de su cabello, ajenos al ruido que armaba Jae con Min y Yunho tratando de mediar entre ambos, como padre y esposo responsable que es, aunque normalmente es la madre quien lleva ese papel, aquí no aplica porque al rubio no le gusta que lo llamen "mamá".

- aunque tampoco soy su esposo... - pensó el moreno, mientras sostenía a Jae por la cintura puesto que lo veía muy dispuesto a golpear al menor... - pensándolo bien, lo más que le haría seguro sería una amenaza con dejarlo sin comer...

- muy bien Min, te lo buscaste, nada de postres en el próximo mes... - sentenció el rubio, relajándose en el agarre de su amigo. El menor abrió sus ojos de par en par ante la sentencia de su "Umma", es decir, su hyung...

- pe... per... pero, Jae... ¡¡un mes!!... - se largó a llorar desconsoladamente, tirándose a las piernas del mayor, un auténtico niño haciendo pucheros por un castigo, a su parecer, exagerado.

Entre tanto, Junsu y Micky por fin se habían levantado, ahora ya evitando a toda costa mirarse o hablar. Aún se encontraban en shok por lo sucedido.

Después de ese pequeño incidente nada entre ellos volvío a ser igual, Yoochun le rehuía cada que estaban juntos o a solas, porque cada que eso pasaba le venía a la mente el recuerdo del beso y su estómago se llenaba de maripositas, como auténtico adolescente en su primer amor, y eso lo confunfía aún más.

Caminando por los pasillos de la productora rumbo a uno de los cuartos más concurridos del enorme edificio, Micky se dirigía al WC para caballeros de su piso ensimismado llegó a su destino sin siquiera darse cuenta.

- imposible, soy chico, me gustan las chicas, y Su es chico, así que, no, es simple y sencillamente imposible, no puede ser que me guste mi mejor amigo.... - se decía una y otra vez tratando de convencerse de que no sentía nada más que una linda amistad por el castaño. Pero ahora no se sentía bien estando cerca de él, era solo que no le gustaba sentirse así... - además, fue solo un accidente, un beso de verdad es cuando se entrega con conciencia, sabiendo que se da por un sentimiento especial, lo de nosotros fue solo un accidente, sí, solo eso...

- no sabía que hablabas solo... - cuando escuchó esa voz sintió un escalofrío por todo el cuerpo...

- porqué de entre todos, tendría que ser él... y desde cuándo pienso en voz alta... - pensó el muchacho, antes de girarse para encarar a su interlocutor... - Yunho, qué haces por aquí...

- lo obvio, tenía ganas de orinar... - le respondió con una sonrisa, que bien conocía el pelinegro, significaban problemas para él...

- claro... - sonrió nerviosamente...

- entonces, con quién te diste un beso por accidente... - elaboró su pregunta, super intrigado por saber... desde cuándo le había dado por andar de informativo?

- eh... no, con nadie... - se lavó las manos e intentó huír de su amigo, quien definitivamente últimamente andaba muy raro...

- vamos Yoochun, somos amigos ¿no?... - colocó su brazo sobre los hombros del menor, sonriendo de esa forma que hace que sea imposible negarle algo... no es que sea tierno como Su, o que haga pucheritos como Min, menos que ofrezca una sensación confortables como Jae... esa era una sonrisa pícara, macabra que decía claramente "o me dices o me dices"...

Después de narrarle lo sucedido la semana anterior durante el juego con el twister, el pelinegro no estaba seguro si debía sentirse aliviado porque ahora ya podía recibir consejo y apoyo de alguien, o preocupado por la loca idea que había tenido Yunho...

- cómo crees, Yunho, yo soy hetero, tengo perfectamente definida mi preferencia, me gustan las chicas, con todo y lo guapo, sexy, amigable, simpático, carismático y demás halagos que le pueda dar a Su, no deja de ser solo un amigo, y amistad es lo único que DEBO sentir por él... -

- ajá, ahí tienes, dijiste DEBO, o sea que cabe la posibilidad de que de hecho te guste, además, si tan seguro estás porque andas como loco huyendo cada que se quedan solos... - el pelinegro no podía creer que se haya dado cuenta de su actitud... el líder notó su expresión... - Chun, has sido más que obvio, Min y Jae también lo notan, con mayor razón Junsu, antes parecía que estuviesen pegados el uno al otro, ahora apenas si te le acercas a medio metro de distancia...

- vale, pero es que es difícil Yunho, entiende, no todos los días uno se besa con su mejor amigo y para colmo eso hace que uno se confunda... - se mordió la lengua, tarde se dio cuenta de que había confesado algo más...

- ¿confundido? no acabas de decir que estás perfectamente definido con tu preferencia... - Yunho rodó los ojos con algo de exasperación... - me parece que aún tienes un pequeño problema con eso, y tiene nombre y apeído, además como dicen las fans, un cuerpo de dios, enorme trasero, carisma hasta por los codos, sonrisa matadora, ojos oscuros y cabello castaño... -

Micky solo atinó a golpearle en el brazo, sonrojado y con más dudas en la cabeza, se adelantó a su amigo para regresar al ensayo, aunque su corazón ahora latiera a mil por hora de solo pensar que ahí está ese a quien segundos antes su líder describiera tan acertadamente...

- todo por un absurdo accidente... - murmuró, llevando inconscientemene su mano a su boca, recordando una vez más lo suave que son los labios de su amigo.

...

Jae preparaba la cena, pero estaba muy metido en sus pensamientos como para darse cuenta de que alguien lo observaba con cara de bobo enamorado hasta los huesitos. Por qué, porque estaba preocupado por uno de sus críos (golpe mental)

- no soy la Umma de nadie... - se regañó a sí mismo. Suspiró, aún estaba preocupado por Junsu, lo ha notado más que decaído la última semana, casi no habla con nadie, siempre dice que está cansado o que quiere dormir. Y él tiene el presentimiento de que tiene todo que ver con Yoochun, puesto que es al único a quien evita mirar a toda costa o dialogar con él, justamente lo mismo que hace el pelinegro con el castaño... - qué será lo que le pasa a ese par, si son los mejores amigos... - otro suspiro.

- me voy a poner celoso... - habló con su ronca voz el líder, mosqueado por el ensimisamamiento de su hyung, y más por los suspiros que liberó... - a quién demonios iban dirigidos Jae... - se cuestionó...

El rubio respingó ligeramente cuando oyó esa voz, y sin entender porqué, se puso nervioso ante el comentario del moreno... - ya vas de nuevo con eso, Yunho, deja de leer con Min esos portales de fics, quiéres... - le dijo sin voltearlo a ver, sentía que le ardían las mejillas, así que seguramente se había sonrojado y no quería que su amigo lo viera...

- tienes algo en contra del JaeHo... - pregunta con tono celoso, algo en su interior comenzando a doler temeroso de la respuesta a recibir...

- no, nada... - respondió el rubio en voz baja, casi un susurro, porque estaba que se moría de verguenza, responder aquello era como admitir que le gustaba Yunho, y eso no es así, cierto?... - si ya sabes que es la pareja favorita de las fans...

- también la mía... - dijo sin tapujos el moreno, rodeando con sus fuertes brazos la cintura de Hero, mandándole un corrientazo eléctrico que viajó a lo largo de su columna vertebral y se fue a hospedar en aquél músculo en el que adjudicamos nuestros sentimientos... - ese es mi platillo favorito... - señaló, cambiando de tema, estaba seguro de lo que sentía por su amigo, pero sentía que no era el momento ni el lugar para hablarlo con él.

...

En el cuarto que comparte con Yunho y Min, Junsu estaba recostado boca abajo, tratando en vano de dejar su mente en blanco y no pensar en nada... cierto era que se sentía muy mal por todo lo sucedido, desde ese maldito beso accidental... - a quién engaño, sentir sus labios fue maravilloso, aunque después de eso Chunnie no quiera acercarse a mí... - se giró para quedar ahora boca arriba, suspiró llevándose una mano a la frente... - a sido agotadora esta situación, me duele la cabeza todos los días, casi no puedo dormir, y sé que ya todos se han dado cuenta de que no estamos bien aunque no sepan el motivo... - sonrió melancólicamente...- bueno, tal vez él no lo ha notado, está tan ocupado alejándose... qué hago, que haré ahora...

...

Después de poco más de una semana, Min ya no podía más, necesitaba comer de los deliciosos postres que su Umma cocina con pericia. Aprovechando que el rubio estaba tomando un baño y el resto del grupo andaba dispersado por el departamento, el menor se dirigió a hurtadillas a la cocina (n/a imaginénselo al estilo misión imposible n_n), abrió el refrigerador y ahí, ante él, se encontraba la delicia más dulce del mundo, un pastel de chocolate, justo como a él le gusta. Sus ojitos brillaban de emoción mientras sus tripas comenzaron a moverse en espera del ansiado momento en que ese postre llegara a su estómago.

- no notará si tomo una rebanada, cierto, además, siempre hay otras tres personas a quien culpar...- pensó en su líder negando tal hecho y lo fácil que le resultaría convencer al rubio de su inocencia... - bueno, dos... - Micky y Junsu no tienen mucho a su favor, pues también les encanta el chocolate, casi tanto como a él... y él es el maestro de la ternura haciendo pucheros y caritas que podrían convercer a su hyung de su inocencia inexistente... - a lo que tiene que llegar uno con tal de saborearte... - habló al pastel que ya se encontraba sobre la mesa, un cuchillo en mano del menor,corte para realizar un corte y robarse un trozo de aquel manjar...

- Min, podrías... - toda idea quedó suspendida en su mente, sus ojos clavados en el pastel... - Jae se enojará si se entera de lo que intentas hacer...

- pero no le dirás nada, no, eres demasiado bueno para hecharme de cabeza, no, Micky... - poniendo su mejor cara de niño bueno, el menor esperó convencer a su hyung y poder saborear por lo menos un pedazo de aquella delicia ante sus ojos.

- pero lo notará Min... - hablaba el pelinegro, sin realmente mirar a su amigo, su vista prensada en el pastel, ya podía imaginarse saboreando su parte en la comida...

- qué hacen?... - preguntó el castaño, que acababa de entrar a la cocina por un vaso de agua, pero su vista también se quedó suspendida en el pastel. Dado su estado de ánimo, solo ver chocolate es suficiente para que la tristeza vuelva a su mente y desee comer todo el día, a ver si así se le endulza la existencia.

Y ahí estaban los tres menores de la casa, saboreando un pastel que ninguno debería tocar sin el consentimiento de su creador, menos Min con el castigo aún vigente.

- está muy rico, no?... - la voz del rubio los hizo brincar a los tres lejos del pastel, Jae estaba de pie en el umbral de la cocina, con las manos en las caderas y la clara expresión de una madre molesta con sus críos al realizar una travesura... - como veo que ninguno tiene fuerza de voluntad, tú... - señaló al menor... - por no respetar un castigo que te ganaste sobre advertencia; y uds... - señaló al castaño y el pelinegro... - por no poner el ejemplo, harán que me ahorre el trabajo de preparar los postres, a partir de ahora y hasta nuevo aviso, no cocinaré mas postres para nadie... - dicho lo cual, salió de la cocina. Los otros tres se quedaron helados ante el castigo que había caído sobre ellos...

- habrá que comprarlos entonces, vamos al super... - no preguntó, avisó el menor, tomando a sus hyungs del brazo y arrastrándolos fuera... - appa, volvemos en una hora... - gritó para que el líder lo escuchara donde quiera que anduviese metido, tomó las llaves de la van, un abrigo y su billetera. Unos veinte minutos después estaba como niño pequeño en el departamento de pastelería del super, con un Micky y un Junsu detrás aún preguntándose cómo habían dado ahí sin recordarlo...

- claro, el shok de la impresión al ser reprendidos por Jae... - pensaba el pelinegro, caminando a lado del castaño, el menor seleccionando sus postres más adelante. De pronto su mano rozó la de su amigo, y eso le ocasionó un hormigueo, que muy a su pesar le había resultado agradable... - otra vez.... - pensó y se alejó un poco de Junsu, algo de lo que no se percató este último.

Iban pasando por el departamento de dulces, cuando Min decidió que quería comprar también chocolates y ocasionó un nuevo accidente entre sus hyungs. Ahí estaba Micky sobre Xiah, desparramados en el suelo, sus rostros demasiado cerca y sonrojados, el corazón latiéndoles como potro desbocado. Cómo acabaron así... pues, estaban Micky y Min, uno a lado de otro, conversando sobre cómo disculparse con Jae por su anterior acción, Junsu frente a ellos observando detenidamente al pelinegro que ni en cuenta. Cuando el menor vio en uno de los estantes su marca de chocolate preferida y así como así se lanzó para tomar algunos, pero al dirigirse en su efusividad infantil hacia su objetivo terminó por rozar peligrosamente una escalera sobre la cual estaba uno de los empleados colocando cuidadosamente un montón de cajas de productos nuevos, quien perdió el equilibrio por el roce de Changmin y por cosas de la inercia y el destino, la tan inestable pirámide de cajas cedió y comenzó a caer. Yoochun se dio cuenta y se lanzó sobre el castaño para alejarlo de la inminente abalancha... por suerte sus reflejos lograron ponerlo a salvo, a ambos.

- estás bien... - le preguntó, una vez se puso de pie, y ayudó a su amigo a incorporarse, tomando su mano, aceptando que ese hormigueo se repetía cada que entraba en contacto con el castaño.

- sí, gracias... - respondió, dedicándole una de sus mejores sonrisas, logrando un sonrojo más pronunciado en el rostro del pelinegro, pero él no lo notó porque inmediatamente se puso a buscar al menor con la mirada.

- creo que, después de todo, no estoy perfectamente definido por mi preferencia... - con una sonrisa, el pelinegro siguió a su amigo que ayudaba a Min a salir de debajo de algunas cajas...

SIGUIENTE

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