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sábado, 10 de abril de 2010

CAPÍTULO 6: LA CAÍDA DE ZEUS

.... – Jun Ho... ya no me quieres?...

Esas palabras resonaban una y otra vez en su mente, cómo había podido llegar a eso, a conseguir que su novio dudara de su amor por él. Todo por un estúpido error, un encuentro con alguien que no era Min ni Ji Yong, un extraño que había llegado a arruinar su vida...

No! El único causante de lo mal que está ahora, es él mismo, por no haber olvidado nunca aquel momento de intimidad con el menor hace ya más de tres años durante la tormentosa estancia en Japón. Por haber deseado culminar lo que consideró frustrado, ciertamente, por el mismo chico raro con aquella llamada que lo sacó del apasionado encuentro que se estaba montando con un ChangMin ardiendo en fiebre y alucinando con Kohei.

Era más absurdo aún, haber deseado algo con alguien que ni siquiera pensaba en su persona mientras le hacía sentir tremendo placer... había sido la primera vez que le permitiera a otro chico masturbarlo, le había fascinado porque entonces le gustaba Min, pero... cómo demonios no dejó en el pasado la necesidad de sentirse poseído por él, de haber disfrutado en plenitud. Cómo pudo guardar en sus pensamientos el deseo de intimar con quien ni siquiera lo recuerda.

... cómo piensa tanto en él ahora? Por qué? Si él ama a Ji Yong.

Pero qué había conseguido con amarlo... lastimarlo, herirlo, ocasionar esas lágrimas que silenciosas resbalan por sus blancas mejillas, mientras intenta contener los gritos que seguro su garganta lucha por liberar.

Y él qué hace, simplemente lo abraza... lo abraza con fuerza, llorando con él, luchando contra todos esos pensamientos que se agolpan en su mente y que no le permiten pensar con claridad, contra ese nudo en su garganta que no le deja hablar, contra ese vacío en el estómago que le hace sentir como si cayera en un abismo... contra su propia culpa.

Los brazos del chico raro no correspondían su agarre, descansaban sin fuerza a sus costados. Era solo el gemelo quien se aferraba a ese abrazo, como si la vida le dependiera de ello, sujetando con fuerza a Ji Yong, temblando de impotencia, él sabe que debería responder a esa pregunta, pero...

- lo siento... lo siento... lo siento... – repetía una y otra vez mientras más se aferraba al cuerpo de su, aún, novio. Era acaso que se estaba disculpando por haberlo engañado hace unas semanas? Era que pretendía que él entendiera la maraña que hay en su cabeza?

- porqué.... – balbuceó con la voz apagada, mientras sus brazos por fin se atrevían a sujetarse de él, como si temiera aún más la respuesta a esta segunda pregunta. Sus lágrimas aun corriendo sin cesar.

Hubo un nuevo silencio, mientras ambos se quedaban simplemente abrazados, el llanto menguando de a poco. Pero... era ese calor el mismo que sentían cuando se abrazaban? Era ese momento el resultado de un amor creado con falsos cimientos? Ninguno podía negar al fin y al cabo que su relación se inició producto tal vez de una necesidad inherente de no estar solos, de sentirse amados por quien les ofrecía cariño mientras sus corazones buscaban sanar la herida de un querer no correspondido.

Jun Ho sabe bien que su atracción por Min no llegó a más porque el menor ya amaba a Kohei. Pero, él le quiso en verdad? Todavía recuerda su confusión antes de decidirse por SU chico raro.

Ji Yong había optado por estar con el gemelo por no caer en las redes de Kwan, pero... era amor lo que tenían, realmente era amor? A ese sentimiento tan profundo había madurado el cariño que se demostraron con tanto ímpetu desde el inicio?

.....................

Keanu abandonó la clínica cerca del mediodía. Sabía que los muchachos estaban en otra clínica con los pequeños mientras les realizaban algunas pruebas en busca de lo que los hacía sentir mal siempre de un momento a otro sin razón aparente. Optó por ir a la casa y esperar a que volvieran, lo cual pasó ya entrada la tarde. Los niños se veían cansados y enfadados, los chicos por otro lado, simplemente lucían más preocupados.

Era extraño ver a los niños casi todo el tiempo durmiendo, o serios como ahora. Es algo a lo que no se pueden acostumbrar, no cuando apenas hace unos días andaban corriendo por toda la casa jugando, riendo, haciendo travesuras. El mismo Shadow casi no se oía como antes, se le veía todo el tiempo encerrado en su casita en el patio, mirando con sus grandes ojos cafés luciendo opacos, maullando por las noches con un tono triste.

Después de casi una semana en medio de pruebas médicas y psicológicas, las cosas no mejoraron del todo, aunque ya habían recuperado algo de humor, los niños seguían sin querer apartarse de sus padres, lo único que los tenía tranquilos era estar cerca de ellos, no se querían separar por y para nada. Había sido complicado que se les hicieran los estudios porque querían que por lo menos uno de sus papis les acompañaran. Incluso durante la evaluación psicológica ellos habían tenido que estar dentro de esa habitación amplia y llena de juguetes. Pero al final, no habían conseguido realmente nada que explicara lo sucedido.

A dos semanas desde el inexplicable incidente de Keanu y la cancelación del concierto, las cosas parecieron normalizarse, al menos en cuanto al estado anímico de los niños, si bien aún no se separaban prácticamente para nada de sus padres (excepto mientras duermen, que han aceptado quedarse en sus respectivas habitaciones de nuevo), ya hacían de las suyas por toda la casa, jugaban, reían, hasta el perro ladraba ya con la misma algarabía de antes.

El asunto era en el trabajo, aunque en realidad se había vuelto una rutina divertida, durante los ensayos los peques hacían por imitar los pasos de sus padres, cosa que dejó claro que los cinco tienen el talento, y las pequeñinas eran bastante coquetillas para su edad, tanto que Yunho y Yoochun, como típico padre sobreprotector, no dejaban que nadie las viera, por aquello de que varios de sus compañeros ya son padres y quieran liar a sus nenas con alguno de sus hijos.

Wolfgang había conseguido hasta el momento mantener a margen a Anteros, pero cada día sentía con más fuerza el deseo de su hermano por tomar control, y ciertamente la forma en que puede separarse de él no es nada sencilla, no es algo que pueda obtener fácilmente. Pero al menos sabe que los niños de una forma un tanto extraña están ayudando a su causa, mientras ellos estén cerca de sus padres, por más que Anteros quiera hacer de las suyas no podrá, no se arriesgará a volver a sufrir el dolor que el poder de los pequeños le infundaron. Sin embargo, le preocupaba también la batalla que sigue desarrollándose en el Olimpo, sabe perfectamente que pueden pasar meses y hasta años antes de que se defina un vencedor entre Zeus y Hera.

...................

- ha llegado el momento de que nos preparemos para partir... – la diosa de la Fertilidad llegó al Templo de la Fuente de los Espejismos donde Atena y Afrodita le esperaban ya...

- tan pronto? Estas diciendo que mi padre... -

- Zeus ha dicho que llegó el momento... – la interrumpió Démeter. La diosa de la sabiduría le miró con los ojos brillosos. Tal vez ellos no amaban con la misma intensidad que la humanidad lo hace, pero no puede evitar sentir ese dolor al saber que no volverá a ver a quien le diera la vida.

- Afrodita... – la diosa del amor lucía cansada, tanto más que ellas... – vamos... – aceptó la mano de Atena para levantarse y seguirlas a el único lugar que ahora será seguro para ellas.

- Morfeo y Apolo se quedarán aquí... – las tres diosas tomaron unos bolsos llenos de pergaminos y otras cosas que necesitarían cuando ellas mismas tengan que enfrentar la última batalla por el Olimpo... – harán lo posible por contener a Hera y los otros dioses que han decidido unírsele.

- es increíble cómo ha llegado a tanto algo tan sencillo como cumplir los deseos de unos mortales... -

.....................

- porqué esa persona vive en tu mente?... – le preguntó con curiosidad Bae Jong, los cinco niños estaban con Keanu paseando a Shadow en los alrededores de la casa. Así, el chico también evitaba que Anteros saliera.

- porque yo se lo permití, recuerden que soy especial y puedo hacer cosas que la mayoría no, pero ustedes están haciendo un muy buen trabajo al no dejarme a solas con ninguno de sus papis... -

- y así ya no nos sentiremos mal nunca?... – EunBi acariciaba el pelaje del can, ya sentados en la orilla de un canal por el que corre agua, dividiendo la zona urbana de aquél hermoso paisaje que las montañas ofrecen a la distancia.

- eso espero, estoy haciendo lo mejor que puedo para que así sea, pero... aún falta tiempo... -

- si él vuelve, nosotros le daremos una lección... – los tres pequeños imitaron el gesto de Yang, empuñando uno de sus bracitos hacia el aire. La determinación de un infante que solo sabe que quiere ser feliz, marcada en sus ojos inocentes.

- estoy seguro que sí... – sonriendo, Eros regresó su vista al horizonte, presintiendo el momento de la verdad más cerca de lo que esperaba... – mamá, perdona que no haya sido más fuerte e inteligente, solo conseguí empeorar las cosas... – pensó.

........................

- ríndete de una vez, querido, ambos sabemos cómo terminará esto... – la diosa del matrimonio (que contradicción) lanzó una bola de energía contra su esposo, que la desintegró al lanzar un rayo contra ésta antes de que se impactara contra su persona. Cada ataque le era más difícil de detener.

- sabes... sabes bien que no me rendiré, querida... – sarcasmo de por medio. El hombre a pesar de sus facciones temerarias, lucía débil.

- Démeter y tú se equivocaron en algo, Zeus... – una bola energía más desintegrada a escasa distancia del dios de dioses... – mi principal interés no está en matar a esos cinco niños que nacieron siendo deidades humanas... – Zeus atacó con un remolino de fuertes vientos que iban destruyendo más de los pilares del templo principal, logrando que el Olimpo completo se cimbre con violencia. Era claro que escuchar eso le había sorprendido, qué demonios estaba tramando Hera, en qué no había prestado atención?

......................

Una noche más en un bar, una noche más en que conseguirá un amante nuevo con el cual descargar su pasión... aunque, eso es algo que ya no ha tenido tampoco en las últimas semanas, pero... no puede evitar hacerlo, es más, ha conseguido sentirse mejor al saberse utilizado por esos chicos y chicas que solo llegan a él en busca de sexo. Hay una sola diferencia entre él y aquellos que cobran por sus servicios banales... el dinero que no le es entregado al final de cada noche. Sonríe irónico ante ese pensamiento, acababa de compararse con alguien de la vida fácil... pero, eso es lo que ciertamente puede considerarse, no tiene una pareja estable, tampoco ha tenido placer ya, lo hace solo por costumbre, por esa necesidad de sentirse “querido” por lo menos unos momentos.

Una bella mujer pelirroja, claramente extranjera, vistiendo un traje negro de cuero que se ceñía a su voluptuosa figura, tomó asiento a su lado. Bellos ojos verde esmeralda que hacían magnífico juego con su tono de piel rosado, labios rojos delineados con un tono escarlata brillante, largas pestañas negras y una mirada lasciva que lo hizo envidiar el deseo que en ellos se reflejaba. Cielos! Si le interesaran las mujeres como algo más que un medio de martirizarse en su depresivo estado, seguro que habría tenido un paro cardíaco al notar tal belleza femenina.

- es una pena que un hombre tan atractivo tenga esa mirada tan apagada... – murmuró con un tono de voz suave, ladina melodía que hasta logró un ligero estremecimiento en su cuerpo.

- y porqué siendo tan hermosa, sabiendo que puedes tener a cualquiera, decidiste sentarte junto a mí... – el tono que el chico de los ojos claros utilizó fue tan frío, que juraba que la chica saldría corriendo por su hosca manera de hablarle.

- porque tengo un interés particular contigo... – Kwan sonrió, llevándose la copa de vino a los labios... – y no me refiero al sexo... – el chico de ojos claros se atragantó ante eso. Esa mujer es directa, hermosamente honesta.

- entonces a qué... – bien, seguro sabe que es importante y querrá sacar provecho de sus millonarias cuentas bancarias.

- se que conoces a este chico... – deslizó sobre la mesa una fotografía de Ji Yong, al parecer mientras caminaba por alguna calle... – y se que tú sí que tienes un interés especial con él mas allá del sexo... – Kwan no sabía si decir algo o quedarse callado. Optó por lo segundo y dejó que la mujer siguiera hablando... – no se si lo sepas, pero va a ser padre... – el chico abrió los ojos de par en par. Que no salía con Jun Ho?... – y me refiero a que él va a tener un hijo, está preñado... – le extendió otra fotografía donde se veía claramente un pequeño bulto en el vientre, pero... Ji Yong es hombre, cómo puede estar embarazado?... – y estoy segura de que eso no te importa en absoluto, quieres tenerlo a tu lado, lo quieres, de esa manera en que no has podido querer a nadie, de una forma incluso algo obsesiva, y vengo a ofrecerte la oportunidad de conseguir quedarte con él, separarlo de este otro chico que es su actual pareja... – dejó caer una fotografía de Jun Ho, vestido con un impecable traje oscuro, bajando de un auto fuera de la Corte de la ciudad... -

- para empezar me parece que me estás dando demasiada información, y no se de dónde demonios la sacas, porqué habría de creer en todo lo que me estás diciendo, porqué estás tú interesada en ofrecerme tal oportunidad, no te conozco, aunque puedo ver que tú si me conoces a mí, parte de mi pasado que nadie más excepto él y yo sabíamos, quién demonios eres?... -

- a pesar de tener demasiado alcohol circulando por tus venas, no dejas de ser inteligente... – la pelirroja sonrió, tomó su copa de vino y bebió de ella con suma elegancia... – me llamo Eris, soy una especie de... diosa... – el chico sonrió con algo de sorna... - sé más de lo que te imaginas, puedo saber todo lo que me venga en gana.

- qué, eres una especie de agente del FBI o la CIA, o una espía de la DEA, la INTERPOL, o algo por el estilo, porque eso sería aún más curioso... – le chico de ojos claros ahora movía su copa de un lado a otro, sonriendo como el estúpido ebrio que es en ese instante... – qué demonios le interesa a alguien tan poderosa mi vida amorosa...

- tú vida amorosa me importa un comino... – la pelirroja dejó caer un sobre amarillo sobre la mesa... – revisa eso, y si decidas tomar mi oferta, sabré recompensarte por ello.

- me harás un favor y me recompensarás por tomarlo? No comprendo entonces de qué va todo esto, qué es lo que pretendes...

- se que no querrás un hijo que no es tuyo...

- quieres al bebé que supuestamente está esperando?

- te prometo que podrás tener los tuyos propios a su lado después, ahora solo me interesa que lo separes de Jun Ho... – la mujer se levantó y salió de ahí sin decir más nada. El chico de ojos claros tomó el sobre y sacó lo que tenía dentro, observando con detenimiento esas fotografías...

- qué se supone que haga... enmendaría el error de la adolescencia... o terminaré por hacerte más daño, Ji Yong...

...................

Adoraban las noches por una simple razón, mientras los niños duermen, ellos pueden entregarse con intensidad. Yoochun y Junsu estaban recostados de lado en su cama, uno frente al otro, mientras sus manos daban placer al miembro del otro. Jadeando despacio, besándose para no gemir y que los niños los fueran a escuchar. Pero es que había sido imposible volver a los tiempos en que se abstenían semanas enteras, la pasión entre ellos estaba más despierta desde hace varias semanas, y era imposible aguantar el deseo de hacerlo. De compartir esas caricias, esos besos, esos momentos de privacidad.

- aahhh, sí... mmhhh, Chunnie, así… - el castaño se sentía delirar, las manos expertas de su novio lo estaban llevando a la gloria. Tanto que él por momentos olvidaba su propia tarea de darle el mismo placer a su ratón, dejando quietas sus manos sobre la caliente erección de Micky.

- ah, Su... mmhhh, la verdad... aahhh, me fascina que me... mmhhh... digas así, no me gustó cuando me llamaste... – su novio lo besó apasionadamente... - dios... por mi nombre...

- yo... aahhh, cuándo he hecho eso... – ambos jóvenes sintieron que el cuerpo se les tensó cuando el orgasmo los recorrió de pies a cabeza, dejando libre su semilla en las manos del otro.

- estuviste maravilloso... – buscando el ritmo normal de respiración para continuar, el pelinegro se dedicó a acariciarle la mejilla a su novio...

- Chunnie, no respondiste, cuándo te llamé por tu nombre?

- el otro día, en vestuarios... – el ratón comenzó a acariciar sugestivamente el pecho de su delfín.

- qué día, tú y yo no hemos estado juntos, no solos, en vestuarios desde hace un buen rato...

- no finjas, delfín travieso...

- Chunnie, pervertido, no te habrás estado autoerotizado pensando en mí?... – el castaño quiso burlarse de él, pensando en que en realidad su novio se hay masturbado pensando en él y haya sido tal el placer que alcanzó que... – me alucinaste haciéndolo contigo, mi ratón pervertido... – comenzó a besarle el cuello a un confundido Yoochun, que procesaba las palabras de su novio.

- pero Su... tú y yo... nosotros, ese día, cuando la cancelación del concierto... – balbuceaba todo confundido, mientras su novio no dejaba de besarle, ahora en su pecho, acariciando con sus manos su piel.

- ese día?... – el castaño paró su tarea, elevó la vista para encontrarse con la de su novio, quien lucía realmente contrariado... – Chunnie, ese día no pasó nada entre nosotros, estaba con los niños y con los preparativos y todo, tú estuviste en vestuarios solo... – Junsu se apartó de su novio, temeroso de lo que significaba todo de pronto. Su novio había estado con alguien ese día pensando que era él, es decir, imposible, ni que anduviera otro Jun Ho por ahí, y está seguro de que su gemelo no anduvo en las instalaciones, de hecho no le ha visto desde la última reunión.

- Junsu?... – ambos se miraron con temor, le ratón jura que estuvo con su novio, por dios! Había tenido una de las sesiones más extasiantes de su vida, si bien que le llamara por su nombre lo había descolocado.

- estuviste con alguien, Chunnie?...

- qué?!... No! Junsu, cómo crees que yo iba a estar con alguien más... – quiso tocar a su novio, pero éste ya había salido de la cama.

- pero... estás diciendo que estuviste conmigo, que hicimos... – hizo gestos con sus manos para referir que tuvieron sexo... – y definitivamente no era yo, Chunnie, estuviste con alguien pensando que era yo!

- eso es imposible... – cara de espanto en el ratón...

.............................

- Yunnie... – el castaño oscuro sonreía por las caricias de su novio, ambos cubiertos por las sábanas, disfrutando de un instante de intimidad... – mmhhh, espera... – le tomó las manos cuando notó que iba a bajarle el pantalón del pijama... – no podemos hacerlo, los niños están durmiendo... – le sonrió con ternura, él también se sentía hervir de deseo, pero... hacerlo con los niños en la otra habitación?

- Boo, el otro día fuiste tú quien lo inició... – por un tiempo, esa duda había quedado en el olvido, pero ahora sin querer había salido a colación, y el moreno lo soltó más por hacerle ver a su novio que no le quedaba en ese momento hacerse el difícil y que deseaba tanto como él intimar.

- yo? Cuándo... mentiroso... – con una sonrisa de medio lado, como si estuvieran bromeando, el mayor apartó al moreno cuando éste metió sus manos bajo el pijama... – estate quieto, no vamos a hacerlo con los niños durmiendo al otro lado.

- JaeBoo, en serio, aquel día, cuando los niños comenzaron a sentirse mal... – su novio asintió para hacerle saber que lo estaba escuchando... – tú y yo... nosotros no... - se estará volviendo loco, lo habrá en verdad soñado, pero no, insiste, había pruebas físicas que dejaban en claro que había tenido sexo con su Boo.

- nosotros no, qué, Yunnie... – Jae le acarició la mejilla a un afligido Yunho, que se drenaba el cerebro tratando de entender.

- hicimos el amor ese día, ya no lo recuerdas, no eres sonámbulo, o sí?...

- que tú y yo qué!... – el castaño abrió los ojos de par en par... – Yunnie, lo debes haber soñado, me quedé dormido con los niños, y no, no soy sonámbulo, además, aun si lo fuera, estando contigo seguro habría despertado del placer que me haces sentir, y nunca, pero en serio, nunca, olvidaría una sola vez de hacer el amor contigo, recuerdo todas y cada una de las veces que nos hemos amado... -

- sí... – murmuró apenas... -

- vamos a dormir... -

....................

- Chunnie, dime que no estuviste con alguien más, júrame que no... – el castaño comenzó a temblar de solo pensar en su ratón entregado en brazos de otro que no fuera él...

- claro, claro que no, Susu ah... – el pelinegro se apresuró a abrazar a su novio, ambos de pie a lado de la cama. El delfín se dejó abrazar, pero con ese miedo repentino de que en realidad haya pasado... – yo, yo debí imaginármelo, en verdad, debe ser que... que me quedé dormido y lo soñé, cómo podría no distinguirte, si eres mi delfín travieso... – pero sus propias palabras jugaban en su contra, porque en su mente se preguntaba entonces qué demonios había pasado ese día. Él jura que estuvo con Junsu, pero su novio no mentiría con algo tan serio diciendo que no fue él, así que... con quién hizo el amor esa vez?

- no me confundirías ni con mi hermano?...

- con él menos, si son polos opuestos, yo... olvidemos esto, yo Te Amo, Junsu, sabes bien que me daría un tiro antes que engañarte, o confundirte con alguien más, cosa que considero imposible...

- es que eres un calenturiento, ratón pervertido... – el castaño sonrió contra el pecho de su novio, sintiéndose inmediatamente aliviado con sus palabras. Es cierto, nunca le ha dado motivos para dudar de su fidelidad, de su amor incondicional por él, y... no es como que ande por ahí un Junsu del que no esté enterado, y menos entre sus compañeros de trabajo, se conocen todos.

Pero igual, el ratón no se sentía del todo convencido.

.........................

Jun Ho llegó al departamento esa tarde más temprano que lo habitual, no quería volver a los días en que llegaba tarde y se iba temprano, así que desde aquel día se esforzaba por volver a ser el mismo de antes; sin embargo no podía evitar recordar su infidelidad, cada que pensaba en lo pasado se sentía aún peor, su traición le estaba costando la felicidad, y era como estar muerto en vida. Aunque pudiera decirse que Ji Yong y él se habían arreglado desde hace un par de semanas, tiene que admitir que igual la relación entre ellos es diferente. Ahora ya no intiman, por ejemplo, aunque ambos se dicen que es por el embarazo, pero claro, ambos saben que no es solo eso. Es como decir que hay una rasgadura en su noviazgo que lentamente va haciéndose mayor y que se acerca peligrosamente al rompimiento definitivo de ese lazo que los mantiene unidos.

Conversan más, se abrazan, duermen juntos y se asegura de despertar siempre a su lado como antes, incluso se besan de vez en cuando, pero... siente que sus labios, sus manos, todo su ser ahora impuro por su bajeza, no hacen más que empañar el sentimiento puro de su novio.

Aún con todo eso, ha hecho su mejor esfuerzo para hacerlo sentir amado, tal como sabe es, pero su culpa le domina y puede más. Al menos ahora sonríen, bromean, y los pocos besos que se han dado son sinceramente llenos de ternura, casi como si apenas estuvieran saliendo y no llevaran años juntos. Le besa la tripa y se pasan largos minutos en silencio solo así, juntos, admirando ese bulto en su vientre donde sus hijos crecen ahora con mejores condiciones, Ji Yong ha vuelto a comer hasta por los codos y es feliz mientras su novio está en casa. Aunque vuelve a sentirse temeroso cuando parte, cuando le parece que la distancia no le dejará volver uno de esos días y que despertará en una terrible realidad a solas, sin el calor de su amado, porque eso es lo que es, el hombre que ama, a pesar de todas las dudas pasadas.

- te traje un pastel de chocolate y vainilla, se que te encanta... – el gemelo entró con una sonrisa, mostrando el pequeño paquete que contiene el postre. Su novio sonrió ampliamente a su llegada. Tomó el paquete y lo besó suavemente.

- bienvenido... – era eso más que una ilusión? Era algo eterno y no efímero como los espejismos? El timbre los interrumpió.

- esperas a alguien?... – su novio negó con la cabeza. Se dirigió a la puerta y al abrirla sintió que la sangre le hervía con solo ver en la entrada de su departamento a la persona por quien casi pierde a Ji Yong hace más de tres años... – qué es lo que quieres Kwan?

- Kwan?... – el chico raro se asomó por sobre el hombro de su novio.

- quiero hablar con Ji Yong... -

- él no tiene nada que hablar contigo, así que vete... – el gemelo sintió que Kwan detuvo con sus manos la puerta antes de que esta se cerrara de golpe...

- me parece que el que debería comenzar a retirarse eres tú, no sé cómo puedes tener el descaro de estar con él después de lo que le hiciste, creía que la familia Kim tenía más orgullo y decencia... -

- de qué demonios estás hablando... – tono mezcla de coraje y temor. No podía ser que Seung supiera lo de Keanu, cierto?

- lo siento, Ji Yong, sé que en tu estado... – dirigió su mirada al vientre abultado del chico raro, que por instinto se cubrió con las manos... – no debes recibir malas noticias, pero... no creo que merezcas estar con un tipo como éste... – le extendió una carpeta que tanto Jun Ho como el chico raro miraron con desconfianza, pero aún así Yong extendió su mano para tomarla, esa sensación de incertidumbre creciendo en su interior. El gemelo la tomó antes que su novio.

- lárgate de una buena vez!!! – gritó. No queriendo ver el contenido de esa carpeta, menos arriesgándose a que su novio lo hiciera. Tampoco la regresó, iba a quemarla y deshacerse de lo que fuera que contenga.

- como quieras, pero... – se dirigió al chico raro... – no te preguntas porqué no te deja ver lo que contiene, si no tiene qué ocultar, qué podría yo mostrarte que te haga dudar de su fidelidad... – ahí estaba, la palabra clave de esa corta conversación... FIDELIDAD.

...............

En los cielos retumbó un relámpago con furia, el manto nacarado ensombreció rápidamente, fuertes vientos comenzaron a soplar por todo el planeta, principalmente en tierras griegas. Los pilares del Olimpo desmoronándose cayendo pesado contra el suelo, el mármol desquebrajado, los templos de la casa de los dioses cimbrándose con violencia. Los dioses escucharon un último alarido varonil y el cielo se rasgó con un último rayo de fuego. Zeus cayó inerte, sin vida, ante los pies de Hera, la concubina del dios de dioses ahora podía tomar control del Olimpo y con ello, de la Tierra misma.

SIGUIENTE

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