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sábado, 10 de abril de 2010

CAPITULO 2. SUMERGIDO

Yoochun y Junsu estaban de pie a lado del tanque aquél en el que Min se sumergiera para hacer su solo para las grabaciones del videoclip de Mirotic.

- así que este es el tanque que se rompió... – comentó con una sonrisa Junsu, recordando lo curioso que es ChangMin resfriado...

- no Su, éste no es... – debatió Yoochun...

- claro que sí... – rebatió molesto el delfín.

- que no, si éste fuera el mismo no estaría lleno de agua... – se burló el ratón...

- argh! Pero sabes a lo que me refiero, idiota!... – espetó molesto, cruzándose de brazos, frunciendo el ceño. Le molestaba que su amigo se aprovechara de su despiste. Micky rió a carcajadas por un rato… - ¡tonto!... – y terminó uniéndosele al pelinegro (aunque ahora él también tiene el cabello oscuro). Dejaron de reír cuando el estómago ya les dolía... – ahora, qué es eso tan interesante que descubriste por aquí, hay un tiburón en el tanque?... – cuestionó con sorna.

- nop... algo mejor, pero tenemos que entrar para mostrarte... – sonrisa peligrosamente sexy.

- eh? Ni hablar, no me voy a meter ahí, es tarde, está fresco, no quiero... – se negó infantilmente el pelioscuro, dando un paso hacia atrás, listo para irse...

- anda, no seas niño, vamos a darnos un chapuzón... – pidió con un puchero demasiado adorable que derretía las defensas del delfín... -

- eres terco, sabes... como no valga la pena lo que me vas a mostrar te juro que... – el ratón le instó a subir por una pequeña escalera que daba acceso al tanque...

- sí, sí, lo que quieras, sube ya... – Junsu subió primero, se sentó en el borde con sus piernas hacia fuera, porque no quería terminar mojado del pantalón. El ratón lo imitó, tomando lugar a lado suyo, le tomó la mano y antes de que Junsu pudiera reaccionar, Yoochun ya lo había tirado hacia atrás logrando que ambos entraran en el tanque.

- ¡ay, está fría!... – se quejó el delfín cuando logró salir a flote después del chapuzón que su amigo ocasionó. Ahora estaba todo empapado, igual que el ratón... – qué te pasa, porqué lo hiciste, capaz pesco un resfriado... – le espetó con un puchero, simplemente adorable y sensual con esas gotas resbalando por su rostro, cayendo de su cabello pegado a su frente, los labios tiritando suavemente por el frío.

- yo ya pesqué algo... – sonriendo con esa coquetería tan natural que posee Micky, luciendo aún más sexy con el cabello pegado a su piel, con esos ojos cazadores que lo hipnotizaron en contra de su voluntad, hechizándole. Se fue acercando a su amigo, el agua moviéndose suavemente alrededor de ellos con ondas que le hacían cosquillas en los brazos al menor de los dos... -

- eh?... – balbuceó nervioso Junsu, últimamente a su amigo le daba mucho por jugar al YooSu y eso lo descolocaba, porque a pesar de ser solo un juego en el que siempre le seguía la corriente, ahora un deseo incomprensible se había apoderado de su cuerpo, que cada que entraba en contacto con el del pelinegro se estremecía.

- pesqué a un delfín, al que muchas quieren tener, pero que ahora está a mi disposición... – Micky acorraló a su amigo contra el final del tanque, colocó sus manos en el borde, rodeando así a Junsu, que lo miraba titubeante... – ahora no puedes escapar, te tengo...

- oye, que te traes, te dije que dejaras de leer las historias de las fans... – trató de zafarse el muchacho, aunque algo en su interior le gritaba que permaneciera ahí.

- acaso no te da curiosidad el YooSu, averiguar qué se siente besar a tu mejor amigo?... – el cuerpo del pelinegro se pegó más al de Junsu, su mirada enfocada en esa boca de labios gruesos...

- esto... pues... – la mirada de él también se desviaba hacia los labios apetecibles de su amigo, quien al darse cuenta se relamió sensualmente para provocarlo...

- pongamos a prueba nuestra canción, véamos si puedes romper tus reglas... – su voz tan llena de sensualidad susurrándole al oído en verdad que lo estaba enloqueciendo...

- Chunnie... – murmuró Junsu, sus manos fueron a parar al pecho del mencionado, sus cuerpos demasiado cerca...

- quiero sentirte hasta debajo de mi piel, Junsu ah... – sus labios rozaron los de su amigo, haciéndoles estremecer de pies a cabeza con esa electrizante sensación... – quiero ese segundo beso que caliente tu corazón y nos haga explotar... -

- pero nosotros nunca... – “nos hemos dado un primer beso” completaría la frase que quedó a mitad de camino cuando la boca de su amigo se apoderó de la suya en un beso que más que tierno, lento o romántico, se sintió desesperado y hambriento... pero igual le había gustado mucho. Se separaron cuando el aire en sus pulmones se hizo necesario... – a eso hemos venido, por eso me tenías que tirar al tanque con el agua fría... – cuestionó con un puchero, ligeramente sonrojado. El pelinegro negó con la cabeza...

- te lo dije, quiero sentirte hasta debajo de mi piel... – se acercó nuevamente a besarlo, ahora el delfín sí sintió diferente ese beso, un calor agradable se instaló en su corazón, sintiendo cómo su amigo probaba sus labios con paciencia, tomándolos despacio, con ternura, pidiendo permiso para entrar con su lengua a explorar su interior.

Aquel beso era más una caricia que diluyó rápidamente cualquier temor que pudiera haber tenido cuando su amigo comenzó a quitarle la ropa, lanzándola fuera del tanque donde caían con pesadez por el peso del agua que se había absorbido en cada prenda.

Junsu no se quedó atrás y despojó sensualmente a su amigo de la ropa, lanzándola junto a la suya fuera del tanque, se fundían cada segundo en un nuevo beso más apasionado y lujurioso, cuando sus manos viajaban furtivas por el cuerpo del otro, palpando con premura la piel, suaves caricias que se deslizaban con suma facilidad por el agua que rodea y fluye alrededor de ellos.

Yoochun se separó de sus labios para lamer el lóbulo de su oreja mientras sus manos acariciaban su piel desnuda bajo el agua, el frío quedado en el olvido cuando la temperatura de su piel ascendió con cada caricia y beso que su amigo le entregaba.

- adoro tu cuerpo... – siguió hablándole, mientras Junsu sentía cómo sus sentidos estaban desconectados de nada que no fuera solo su voz, sus caricias, sus besos, su piel... – adoro cada músculo en ti, cada centímetro de tu piel... – a cada palabra, el pelinegro acariciaba con más fervor, llegando al punto que más deseaba y enloquecía su mente... – adoro esta parte de tu anatomía que tantas veces imaginé tener como ahora... – sus manos comenzaron a acariciar de arriba a abajo el miembro ya erecto del delfín, quien gemía bajo, mordiéndose el labio, cerrando los ojos, apoyando sus manos en los hombros del ratón, enterrando en ellos sus uñas, marcándole la piel... -

- aahhh... Chun... mmhhh... más, quiero más... – pidió entre gemidos, el sonido del agua a su alrededor moviéndose al compás de ellos era una melodía armoniosa y delirante a la vez, era demasiado erótico estar en aquella posición, su cuerpo apenas flotando pegado al de Yoochun.

- mmhhh... siempre quise... aahhh, hacerlo en el agua... – sonrió lascivamente, acelerando los movimientos de sus manos, atacando de nuevo el cuello del delfín, dejándole una marca con sus succiones.

- mmhhh... – gimió más fuerte el pelioscuro, demasiado excitante sentir los labios del ratón succionando su piel y masajeando a la vez su erección, sentía que en cualquier momento terminaría por correrse... – así... aahhh... eres, genial Chunnie... – unos pocos instantes después sintió ese conocido calor en su bajo vientre y un grito ahogado le indicó que su orgasmo lo había alcanzado, ligeros espasmos recorrieron su cuerpo, abrazado por el pelinegro, que le tomaba por la nuca besando una vez más sus labios con profundidad, enredando sus dedos en su cabello húmedo.

- te atrapé, cierto?... – las manos del pelinegro abrieron lentamente las piernas del delfín, que sabía lo que venía con esa acción, por lo que sin pensarlo dos veces enroscó sus piernas a la cintura del ratón...

- completamente, me tienes en tu hechizo, Chunnie... – le dio un suave beso en los labios... – hazme sentir completamente tuyo, imprégname bajo tu piel como tú lo estarás bajo la mía... – le dijo de la forma más sensual que pudo.

- Te quiero, Junsu ah... - gracias a la humedad que el líquido vital les proporcionaba, fue fácil dilatar la entrada del delfín, aunque igual su intromisión le arrancara algunas lágrimas de dolor, mismas que lamió tiernamente...

- yo... también Te quiero, Chunnie ah... – las estocadas del ratón comenzaron suaves.

Los movimientos del agua a su alrededor se hicieron también más ruidosos y descontrolados conforme las embestidas aumentaban en ritmo, ambos gimiendo roncamente, Junsu abrazado a su espalda, su rostro enterrado en el cuenco entre el cuello y el hombro del pelinegro... cuello y hombros que besaba, lamía y mordía cada que Yoochun llegaba más profundo en su interior. El sonido del agua haciéndose más delirante, sus cuerpos se tocaban y resbalaban por la humedad haciendo de sus encuentros caricias suaves entre sus pieles.

- mmhhh... Junsu ah, eres... muy estrecho... aahhh... me, mmhhh... encantas... -

- aahhh... a mí me... ah dios!... así, Chunnie... más rápido... – el vaivén desenfrenado hizo que Junsu olvidara lo que iba a decirle, gimiendo más fuerte, gritando sin importar que alguien los pudiera descubrir, apenas la noche anterior Jae y Yunho habían estado ahí también hasta altas horas de la madrugada, y ahora ellos se encontraban pegados como si fueran uno solo. Gimiendo sus nombres, pidiendo más, disfrutando de esa unión apasionada entre sus cuerpos.

Las manos de Yoochun estaban fuertemente sujetas al borde en tanto sus caderas golpeaban una y otra vez contra las de Junsu, el agua chapoteaba alrededor de ellos por sus movimientos salvajemente lujuriosos, enterrándose sin piedad en el cuerpo del delfín, marcándole con celo como suyo, porque a partir de ese día él sería solo suyo y de nadie más, se habían hechizado mutuamente, atrapado en sus corazones, dispuestos a no dejarse ir.

- mmhhh, Su... aahhh... yo, quiero... terminar de, aahhh... otra manera... – desaceleró poco a poco sus embestidas. Notó la mirada curiosa y excitada del delfín, su respiración descontrolada, su rostro sonrojado por la excitación... – gírate... – le pidió con voz ronca, saliendo despacio de su interior. El delfín ni siquiera preguntó, a él mismo le parecía seductora aquella postura que el ratón pedía. El agua parecía tranquilizarse lentamente alrededor de ellos, acariciando sus cuerpos.

Junsu se aferró al borde, sus manos cubiertas por las de Yoochun, quien le besó el cuello mientras se introducía nuevamente, ya sin dolor de por medio, su erección acoplándose al instante a ese pasaje, saboreando de la presión de las paredes de sus cavidad. Retomó las embestidas con un vaivén rápido y profundo, los gemidos roncos volvieron, el agua se turbó otra vez.

- se te... aahhh, ocurren muchas, mmhhh... fantasías... – articuló el delfín, sonriendo placenteramente de las embestidas del ratón.

- mmhhh, solo por ti, ahhh, delfín... – una de sus manos volvió al miembro de Junsu, estimulándolo nuevamente, sintiendo su caliente palpitar crecer entre su mano.

Era deliciosa esa sensación húmeda infiltrándose entre el poco espacio que quedaba entre sus cuerpos cuando el ratón salía de su interior para volver a embestirlo con fuerza, golpeando con gozo su trasero, llegando tan profundo que sentía que moriría por las oleadas de placer que embargaban su cuerpo. Llenando cada uno de sus sentidos, ocupando cada fibra de su ser con las sensaciones, más allá de la desbordante pasión que quema su piel, el sentimiento de sentirse uno con la persona de la que se enamoró sin ser consciente de ello.

Bastaron algunas embestidas más para que el orgasmo los hiciera temblar, Yoochun esparciendo su esencia en el interior de Junsu, éste explotó otra vez en la mano del pelinegro. El ratón le besó suavemente la nuca mientras abandonaba su interior, cansado, respirando alterado por el éxtasis, igual que el delfín a quien giró nuevamente para admirar la expresión de gozo en su hermoso rostro.

- te gustó lo que descubrí?... – le preguntó con una sonrisa tierna.

- me encantó... – Junsu lo besó otra vez, le gustaban demasiado esos labios, eran adictivos, demasiado suaves, dulces y expertos como para no probarlos cada que están a su alcance.

- bueno, efecto Mirotic, mi querido delfín... – lo abrazó por la cintura, pegándose a su cuerpo nuevamente... – sabes que te ves terriblemente guapo ahora, hacer tanto ejercicio te dio un cuerpo más deseable de lo que ya lo era... – una de sus manos delineando los pectorales...

- me parece que no soy el único... – el delfín deslizó sus manos por los brazos del pelinegro... – definitivamente volveremos locas a las fans con estos cuerpos, pero.. me alegra saber que solo yo puedo disfrutarlo como lo hice...

- igual que yo, porque ahora tú solo eres mío... – comenzó a acariciar son su nariz el cuello del delfín, arrancándole algunas sonrisas por las cosquillas que le ocasionaba con su respiración.

- Chunnie?... -

- mh?... -

- cómo vamos a irnos ahora, empapaste nuestra ropa... – el bulto de prendas fuera del tanque aun escurría agua.

- ya lo veremos, ahora quiero seguir con mis fantasías... – después de eso se sumergieron en el tanque, besándose bajo el agua.

SIGUIENTE

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