Eros golpeó con fuerza la pared en su habitación, dejando una bolladura que importaba en absoluto, algunas gotas de sangre aparecieron en sus nudillos, pero inmediatamente sanó por sí mismo. Los pequeños eran su apremiante preocupación ahora, pudo sentir cómo los trillizos entristecían al tener una vaga conciencia de su doble divinidad. Los estaba debilitando por permitir que Anteros tomara control sobre su cuerpo y sus acciones... y eso no era lo que quería, no en realidad. Acaso no le bastó con la culpa de Jun Ho, que permitió que lo repitiera con el moreno.
- y sin embargo, tomaste la forma de JaeJoong porque sabías que de ninguna manera te aceptaría con esta apariencia... – observó su reflejo en el espejo frente a la cama... – tengo un problema... cómo separo a un géminis?
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- está todo muy callado, no crees... – Junsu y Yoochun llegaron a la casa, encontrándose con un silencio que incluso llenó el hogar con cierta sensación de frío, de ese tipo que sabes no es por el clima, sino por algo que sucede dentro de esas paredes...
- los trillizos deben estar dormidos, mira que nuestros peques también cayeron rendidos... – el pelinegro llevaba a Yang en sus brazos, y el castaño a EunBi, ambos niños profundamente dormidos.
- pero Jae y Yunho?... – subieron las escaleras rumbo a la habitación de sus nenes para dejarlos en sus camas para que descansen mejor que andar en brazos... – y Keanu?
- ahora averiguamos, porqué estás tan preocupado, Su... -
- es que... no sé Chunnie, no sientes como que las cosas en esta casa están muy diferentes desde hace unos días... -
- Susu ah, las cosas en esta familia nunca han sido exactamente iguales, siempre cambian... – cerraron despacio la puerta, y luego decidieron echar un vistazo en la recámara de los trillizos, donde no se encontraban... – deben estar con Jae y Yunho... – y ahí, durmiendo en la cama del JaeHo, estaban los cinco... – ves, no hay nada de qué preocuparse, delfín.
- sí, lo sé, es solo que me extraño cada que la casa está en silencio, creo que me acostumbré a que los niños no daban tregua para el descanso, y hace unos días que duermen más que antes... será eso normal? – el pelinegro lo abrazó por la espalda, andando así hacia la habitación.
- llamamos a su pediatra si quieres, así te quedas más tranquilo... – le dejó un beso en el cuello. Y luego sus manos se colaron bajo su ropa, acariciándole el vientre sugestivamente.
- ay Chunnie, que pervertido eres... – sonriendo, el delfín le tomó las manos y las sacó de esa nueva guarida que habían encontrado bajo su ropa... – quiero darme un baño.
- te acompaño... – su novio se giró para quedar de frente a él, le dio un beso que empezó tierno como siempre, pero que rápidamente aumentó de intensidad... –
- tengo hambre, se bueno y prepárame algo de cenar, sí?... – carita de niño bueno.
- tú tienes la culpa de que yo siempre quede como el pervertido, me provocas siendo tan irresistible... – el delfín contuvo la sonora carcajada que le provocaba el puchero que su novio le estaba poniendo... - me entran ganas y luego... – hizo un gesto melodramático que a ambos les dejó claro que la actuación no era su fuerte en realidad... - me mandas a cocinarte algo... -
- te compenso esta noche, sí?... – Junsu amplió más su sonrisa, lo volteó para que fuera escaleras abajo y le dio una nalgada.
- oye! Las mías no están como las tuyas... – Yoochun se cubrió con las manos el trasero. Desde cuándo a su novio le daba por hacer esas cosas? – si las magullas luego no te quejes, eh.
- cena, cena, cena... – y despareció tras la puerta de su habitación.
- ahora, a éste que le picó.... – como sea, se fue derechito a la cocina, pero como tiene cero ganas de preparar nada, se puso a revisar en la heladera a ver qué había para recalentar y satisfacer el apetito de su pareja.
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Anteros percibió el deseo transpirando por cada poro en el ratón, y su pasión se encendió nuevamente, intentando retomar la conciencia de la mente y el control del cuerpo de su hermano.
- no... – pero Eros se oponía a su regreso... – no otra vez... – el dios del amor sentía ese fuego interno que aviva su propio deseo de sentirse libre, de dejarse llevar por las bajas pasiones... – basta... – se llevó una mano a la cabeza, presionándose las sienes, como si con eso pudiera controlar esa doble personalidad en que se convirtió al unirse a su hermano, transformándose en un géminis.
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Yoochun terminó de colocar los platillos de la cena de su querido delfín en una bandeja, había pensado que sería un gesto romántico llevárselo a la habitación. Aunque, eso funcionaría mejor si su novio fuera a despertar, no? En fin, lo único que quería era hacer lo que le nacía y punto. Iba a tomar la bandeja para subir a la habitación cuando...
- deja, cenemos aquí... – la voz del castaño lo interrumpió.
- arruinaste mi sorpresa... – le dijo con un puchero.
- pero yo no quiero que arruines la mía... – le susurró al oído con ese tono de voz que logra que el ratón no piense en más nada que hacerlo suyo.
Yoochun no dijo más, lo atrajo hacia su cuerpo tomándolo de la cintura, oliendo el aroma de su cabello, acariciando la suave piel de su cuello, sintiendo complacido cómo se le erizaba el vello bajo sus dedos, disfrutando de esos suspiros casi inaudibles que escapaban de sus labios entreabiertos, consiguiendo con su toque que Junsu cerrara sus ojos para deleitarse con sus caricias.
- Chunnie... – murmuró con el corazón latiéndole violentamente en el pecho. Desde que lo hicieron después de la reunión familiar, ambos han sentido más pasión entre ellos, sin poder contener el deseo de ser uno apenas si tienen un poco de privacidad, como ahora... – vamos arriba... -
Micky sonrió ampliamente, le tomó la mano y literalmente, subieron corriendo hasta encerrarse en su habitación.
...................
Keanu estaba recostado en su cama, los ojos cerrados, sus brazos extendidos, su cuerpo cubierto de sudor y la respiración agitada. Controlar a Anteros lo había agotado, pero había conseguido contener su personalidad en un rincón de su mente.
- estoy en un serio problema, la próxima vez tal vez no lo consiga... debí pensar antes de permitirle fusionarse conmigo... mi madre debe estar que trina de coraje... – se permitió bromear un poco al respecto. Pero inmediatamente su sonrisa desapareció... – no puedo ir al Olimpo, tampoco se cómo dividirnos nuevamente, siempre esperaba a que simplemente se cansara, pero... esta vez no solo dudo que se canse pronto, sino que está decidido a meterse con todos ellos... cómo separo un géminis?
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Cuando Yunho abrió los ojos y vio a sus pequeños aun durmiendo en medio de él y su Boo, la misma duda del día anterior le asaltó. Cómo era posible que su novio dijera que no había ido a la habitación antes de llegar con sus críos, si habían hecho el amor... de una forma muy apasionada cabe mencionar, pero... bien, había notado algunas diferencias en la entrega, pero... de ahí a que hubiera estado con alguien más es simplemente imposible, es decir, era su Boo!
Aún si Ji Yong, único chico que conoce y que tenga un impresionante parecido con su novio, hubiera estado en la casa, no lo habría confundido, hay bastante diferencia entre ellos ahora, el corte de cabello para empezar, y sobre todo ese bulto en la tripa que no pasaría desapercibido a la vista, y menos desnudos. Pero bueno, que tampoco es el caso de que deseara nada con el chico raro, solo estaba tratando de comprender lo que pasó.
Tampoco podría decir que fue un sueño... había quedado cierta sustancia espesa en su torso y en su interior como para que hubiera sido todo una fantasía de su mente. Y él no es ciego, vio perfectamente a su novio cuando entró en la habitación, cuando comenzó a desnudarse y a desnudarlo a él...
- con quién demonios estuve?....
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Quinto Mes de Embarazo.
Una mañana más despertando a solas. Un día más en que el lado de su cama está vacío y frío... igual que el departamento. Ji Yong se levantó con ese sentimiento de incertidumbre de cada amanecer desde hace un par de semanas. Jun Ho casi no estaba en casa, llegaba tarde y se iba muy temprano, apenas si lo veía o sabía que existía. Estaba distante y al parecer desinteresado de su persona, y eso duele... pero duele más el pensar que es su hijo el que no le importa, apenas si le llega a llamar por teléfono para saber cómo se encuentra o si necesita algo, pero con un tono de voz que desconoce, frío, ausente, casi como algo mecánico.
No se quería cuestionar lo que pasaba o el porqué de la actitud de su pareja, pero... era empresa imposible conseguir aquello cuando de la noche a la mañana tu novio, el amor de tu vida, el padre del hijo que llevas en el vientre, cambia radicalmente su forma de ser. Le sonríe apenas en gestos que se ven claramente forzados, le evita la mirada lo más que puede, se acuesta con él pero cuando cree que ha dormido sale de la cama y se va a dormir al sofá. No ha despertado a su lado desde entonces, no le besa, no le acaricia, habla lo mínimo indispensable con él. Cuando intenta entablar conversación siempre lleva prisa por irse al trabajo o dice que está muy cansado y quiere dormir... aún si es por teléfono son escasos los minutos que le dedica y solo para preguntar si no ha tenido problemas por el embarazo o si necesita algo.
No quiere pensar que él tenga a alguien más, pero... parece tan claro por su actitud. Si bien nunca llega oliendo con ninguna otra colonia, ni masculina ni femenina, tampoco es que sus cuentas financieras estén diferentes, es decir, no está gastando más de la cuenta. Sí, lo admite, investigó un poco, solo un poco, porque aunque tuvo la idea de contratar a alguien para que lo siguiera, por dios! Eso ya era demasiado de película, además, quedaba todavía lo más lógico: hablar. Si tan sólo él se lo permitiera, pero también acepta que eso le da temor, que si terminan discutiendo, que si termina escuchando lo que menos quiere.
Tuvo que ir solo a la revisión del mes, se preguntaba si para la segunda ecografía Jun Ho le acompañaría o si su historia juntos llegaría al final. La Dra. Notó su estado de ánimo y le pidió que no se dejara quebrar por cualquiera que fuera la situación por la que atravesaba. Había perdido peso y eso no era bueno en su estado, le recordó que en esos momentos, por cruel que sonara, lo más importante para él debe ser su propio estado de salud ya que es el de su hijo, ese pequeño que crece en su interior y que siente todo lo que él. El chico raro volvió a casa no menos triste que antes, pero si decidido a seguir adelante por su bebé... aún si Jun Ho llegaba a faltar un día.
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Día de concierto en la ciudad.
Faltaban horas para el evento, pero igual ya todos estaban comenzando a prepararse, Yoochun fue a vestuario para la última prueba, pero Joo-Eun le pidió que esperara solo un poco, le habían llamado de emergencia. Mientras aguardaba por el regreso de la chica, el pelinegro se puso a mirar entre los trajes, recordando cada etapa como parte del grupo, las emociones en el escenario, la entrega en cada concierto, la diversión en los shows, la serie de cosas que salían en la prensa, cada escándalo con alguna supuesta novia. La de veces que el delfín le reclamaba por alguna foto en la que salía a lado de alguna chica, siempre tan celoso, haciendo sus pucheros infantiles porque creía que lo cuerneaba. Y él siempre le decía lo mismo:
- me pego un tiro antes que mirar siquiera a otra persona con los ojos con que te veo a ti, te amo, Susu ah... -
Y esas palabras bastaban para que se le bajaran los celos a su novio. Que culpa tenía él de que aprovecharan cualquier oportunidad para fotografiarlo a lado de alguna chica; es decir, ni modo que no saludara a las muchachas en la disquera o en algún programa de tv o radio, él no es maleducado, y claro, no siempre eran saludos de mano y nada más, o una reverencia. No, habían chicas que se atrevían a besarle la mejilla y hasta abrazarlo, y claro, luego tenía que andar desmintiendo rumores o esperar a que pasaran de largo... excepto para su Junsu.
- en qué piensas... – el castaño le susurró al oído, erizándole el vello con su aliento. Ni siquiera lo escuchó al entrar, menos sentirlo mientras se acercaba a él a sus espaldas.
- en ti, como siempre... – el ratón se giró para toparse con un endiabladamente sexy delfín, con ese conjunto que usara durante su solo “my page” que resaltaba cada uno de sus atributos, particularmente su trasero...
– grandiosa la idea esta de un concierto de memorias de Dong Bang Shin Ki, no? – el castaño se pegó al cuerpo de su ratón, friccionando sus caderas contra él. Yoochun gimió ronco.
- mmhhh... Su, Joo-Eun no tardará en volver... – lo apartó suavemente de su cuerpo. Con lo fácil que se prende últimamente.
- yo la vi muy ocupada, seguro sí tarda... – besó los labios del ratón con una pasión que fue imposible detener lo que continuó.
.................
- Yang, deja eso ahí... – Junsu le quitó a su hijo un aparato que no estaba seguro de lo que era, pero definitivo no era un juguete y no era propiedad de su pequeño... – qué te he dicho sobre no tomar las cosas que no son tuyas...
- umma, estoy aburrido... – el pequeño hizo un puchero. Junsu suspiró... -
- lo sé, bebé, pero tus abuelos no tardan en llegar, y tú deberías estar jugando con Sun Ho y Bae Jong, porqué no estás con ellos, se han peleado?... -
- no... pero, no tienen ganas de jugar... -
- que raro... – el castaño buscó a sus amigos entre la gente del staff, todos de un lado a otro haciendo su parte correspondiente. Vio a Jae y Yunho conversando con el jefe de staff y con ellos, sus tres pequeños, pegados a ellos. Ahora que lo piensa, hace días que los trillizos tienen un ánimo decaído. Incluso fueron al pediatra, pero éste no pudo explicarse tampoco el estado de los pequeños, no quiso medicarlos porque no había un signo físico para recetarlos; así que simplemente les pidió que siguieran al tanto de ellos, para ver si mejoraban en un par de semanas, de lo contrario iniciar una serie de estudios médicos y psicológicos para encontrar el motivo de esa tristeza.
- Junsu, hijo... – la Sra. Kim llegó hasta ellos, acompañado de su esposo... -
- mamá, papá, que bueno que llegaron, les agradezco mucho que hayan venido para ayudarnos a cuidar a los niños... – el castaño abrazó a sus padres, sonriéndoles agradecido.
- pero si sabes que es un placer para nosotros... – el Sr. Kim abrazó a su sobrino, que le sonreía contento.
- y la pequeña EunBi?... – cuestionó su madre.
- aquí... – Kohei llegó hasta ellos, con la niña en brazos... -
- me ayudaba a cuidarla mientras llegan... -
- Y Yoochun?.... – su madre la tomó en brazos...
- en prueba de vestuario, no debe tardar.... -
- Junsu, has visto a... Min?... – preguntó el moreno recién acercándose a ellos... – buenas tardes Sres. Kim... – reverencia de saludo.
- buenas tardes, hijo... – correspondieron los señores.
- no lo he visto... – dijeron al unísono Junsu y Kohei.
- bueno, compermiso... – el moreno se retiró porque aún tenían cosas que hacer. Sus padres tampoco deben tardar en llegar, para apoyarlos con los trillizos, que son con ellos y con los padres de su Boo, con los únicos que aceptan ir si no están a su lado.
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El castaño tenía sus manos apoyadas en la pared, mientras su novio lo embestía profundo a su espalda, sujetándole las caderas con fuerza para darse mayor impulso y tener mayor placer. Junsu no solía pedir posturas, pero ésta vez lo había hecho de forma tan sensual y lujuriosa, que el ratón no había podido negarse. El delfín gemía cada vez más ronco...
- aahhh... Su, necesito verte... – el pelinegro desaceleró sus embestidas, recibiendo un gemido inconforme de parte de su pareja... – sabes que me encanta verte mientras lo hacemos... – salió despacio de su interior y lo giró para quedar de frente, le tomó las piernas y las colocó en su cintura...
- solo sigue!... – ordenó con voz excitada el castaño, moviendo sus caderas salvajemente contra las del ratón, que quedó un poco confundido con la reacción de su novio, él no solía ser así, siempre le sonreía y le decía ratón pervertido, o algo. Era, a pesar de la pasión con que se entregaban, tierno, pero en ese momento era fuego puro... – mmhhh, aahhh... así Yoochun, así....
Yoochun? Desde cuándo le llama por su nombre cuando hacen el amor. Al diablo, lo está haciendo delirar de placer, y le regala esa expresión de gozo como si fuera la primera vez que están juntos, gemidos roncos descontrolados, los ardientes besos que no para de darle, el calor de su cuerpo más abrasador que nunca. Su erección atrapada entre ambos... no mucho después se corrieron casi al mismo tiempo, primero él y a los segundos Junsu. El castaño bajó sus piernas e inmediatamente se limpió los restos de su semilla en su torso.
- tendré que darme un baño ahora... – comentó el pelinegro con una sonrisa más que satisfecha. Ambos vistiéndose rápido por si alguien llegaba... -
- también yo... – se colocó el chaleco y se dirigió de inmediato a la puerta... – estuviste genial... – y sin decir más salió de ahí.
- y luego dice que yo soy el pervertido, mira que venir a provocarme y dejarme así nada más, casi me siento utilizado... – en cuanto estuvo decentemente vestido, Joo-Eun apareció en la puerta.
- perdona la tardanza, todo mundo anda muy nervioso, casi parece el primer concierto del grupo...
...............
- abuela... – la pequeña EunBi miró a la Sra. Kim con los ojos vidriosos.
- qué pasa, nena... -
- no me siento bien....
- tampoco yo... – secundó su gemelito...
- les duele algo, el estómago o qué es lo que sienten... – el Sr. Kim les tocó la frente, pero no había rastro de temperaturaban ampoco estaban resfriados ni habían comido muchos dulces o comida en mal estado o en exceso como para pensar en una indigestión.
- quiero... – los dos comenzaron a sollozar... – quiero a mi appa...
- y a umma... – después de eso, los dos pequeñines comenzaron a llorar desconsoladamente.
...................
- Min... dónde andabas, casi mandaba a medio mundo a buscarte, en cinco minutos hacemos prueba de sonido... – le dijo el líder apenas vio a Keanu... –
- ya estoy aquí, líder... – con una enorme sonrisa, el chico le palmeó la espalda.
- Junsu, querido... – los Sres. Kim llegaron con los gemelitos llorando entre sus brazos...
- qué pasó... – en cuanto estuvo a lado de sus padres, sus hijitos estiraron sus brazos hacia él...
- no lo entendemos, estaban tranquilos y de un momento a otro dijeron que se sentía mal y comenzaron a llorar... -
- ya, mis niños, qué les pasa, les duele algo?... – el castaño tomó a EunBi, mientras que Yang insistió en que su abuelo lo soltara y se abrazó a sus piernas, aún sollozando.
- dónde está appa?... – preguntaban los pequeñines.
- Su? Qué tienen?... – el pelinegro llegaba apenas, sorprendiéndose con la escena, su novio sentado en el suelo con sus gemelos en sus brazos. Toda la gente alrededor no podía evitar observar curiosos, preocupados y conmovidos. Jae y Yunho se preguntaban qué era lo que pasaba, que ahora hasta los hijos del YooSu estaban como sus trillizos.
- no lo sé... – el castaño estaba tan sorprendido y asustado como su pareja... y recordó lo que pasaba con los trillizos del JaeHo... y se preocupó aún más...
- appa... no dejes nunca a umma, por favor.... – le pedían con tono suplicante los gemelitos. Descolocando a sus padres como los trillizos con sus propios hijos pasaran.
- Yang, EunBi, porqué piensan eso, umma y yo estaremos siempre juntos.... – les susurró, tampoco quería dar un espectáculo delante de todos, no que le importara lo que dijeran de él, solo quería proteger a su familia de escándalos innecesarios, de morbo alguno.
Lo siguiente pasó demasiado rápido y extraño para todos los que presenciaron el acontecimiento.
Jae y Yunho se habían acercado con sus trillizos hasta sus amigos y los gemelos, con la intención de cancelar el concierto si era necesario para llevar a los niños a casa y consolarlos tranquilamente. Cuando los cinco pequeños estuvieron juntos un fuerte viento los rodeó y sus miradas se dirigieron sin reparo hacia Keanu, quien estaba a unos tres metros de distancia solo observando.
Vieron en él a Anteros en su apariencia divina, supieron entonces que ese sujeto era el causante de la tristeza que los invadía, no sabían claro la magnitud de los motivos de dicha tristeza. Pero eran conscientes ahora de que esa nueva persona que estaba detrás de la apariencia del hermanito Min, debía irse para sentirse mejor.
No supieron exactamente cómo, pero dejaron fluir esa sensación que los hacía sentir mal y entonces Keanu se dobló de dolor, dejándose caer de rodillas, sujetando con fuerza su cabeza. Los más cercanos a él corrieron a socorrerlo.
- ChangMin, qué te pasa?... – pero el menor no era capaz de responder, podía sentir cómo esos pequeños intentaban sacarlo a la fuerza de ese cuerpo, pero no quería, no aún. Además, Eros también se estaba oponiendo a que se desprendiera de su mente y cuerpo.
Los chicos estaban en shok, se dieron cuenta sin embargo que sus hijos no sacaban su vista de Keanu, y pensando que tal vez estaban asustados porque nunca han visto a nadie sufrir así, optaron por sacarlos del lugar. En cuanto los niños dejaron de mirarlo el efecto que ocasionaban sobre él desapareció. Y pudo entonces volver a respirar, el dolor desapareciendo lentamente.
De cualquier manera, el concierto se pospuso para nueva fecha porque Keanu siendo Min, fue llevado a un hospital a revisión. Mientras que los muchachos habían simplemente regresado a casa, sus pequeños se habían quedado dormidos, como solían hacer últimamente. Y eso los preocupaba aún más.
..............
En el Olimpo....
- eso fue muy peligroso... -
- lo sé, Atena, pero... no podemos hacer gran cosa ahora, excepto ayudar a Zeus a contener aquí a Hera y sus hijos... -
- siento que mis hijos estén causando tantos problemas, cuando se supone que debía ser una ayuda la presencia de Eros en esa casa...
- las cosas así tienen que pasar, responsabilizándote por lo que tus hijos hacen, no nos da ninguna ayuda, Afrodita... -
- lo sé... – las tres diosas miraron por la Fuente de los Espejismos... – hay una sola forma en que Anteros puede separarse de Eros sin que lo maten esos pequeños sin querer....
- y Eros la conoce?... – cuestionó la diosa de la sabiduría, visto que han observado que el dios del amor se ha cuestionado al respecto.
- sí... pero Anteros ha bloqueado ese pensamiento en su mente... Eros no es débil, pero está tan confundido, que no ha sido capaz de controlarse a sí mismo...
- pues valdrá mas que demuestre que no es débil, porque no esto no puede seguir así. Esos pequeños han descubierto que si dejan fluir sus emociones se sentirán mejor, esta vez puede decirse que es por una buena intención, solo protegen a sus padres del engaño de Anteros al tomar la apariencia de los muchachos para satisfacer sus deseos de pasión desenfrenada.... – señaló Démeter, la diosa también comenzaba a lucir cansada, como su hermano Zeus.
- pero siendo unos niños, si continúan haciendo eso, podrían llegar a lastimar a otras personas, niños incluso, sin darse cuenta, si alguien los hace sentir mal, o enojar, ellos responderán como lo hicieron con Anteros. – Atena tomó un pergamino más... – no podemos ir a la Tierra ahora, quedamos atrapadas por la batalla que han comenzado ya Zeus y Hera... -
En lo alto resonó un relámpago que atravesó con furia el oscuro cielo del Olimpo. En el templo principal, dos dioses se disputaban el control de la casa de los dioses.
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- esto ya no es nada normal, mañana mismo llevamos a los niños al médico, me dolerá verlos sometidos a vaya saber dios que tantos estudios, pero prefiero eso a seguir observándolos comportarse así de la nada... – el moreno abrazó a su novio, ambos viendo a sus trillizos dormir, al parecer, plácidamente en su habitación.
- iremos los cuatro, nosotros también llevaremos a los gemelitos, antes de que la cosa pueda empeorar... – Yoochun y Junsu acababan de cerrar la puerta de sus pequeñines y no habían dudado en tomar la misma decisión que sus amigos.
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- lo he recordado... – Eros estaba internado en la clínica, lo habían dejado para observación y por mera medida preventiva. Claro que, no iban encontrar mal alguno en su persona. Sin embargo, no podía irse así como así, aún tenía que hacerse pasar por Min, si bien en ese momento solo ha conseguido tal vez rumores o escándalos innecesarios sobre la salud del menor del grupo. En fin, lo importante es que acababa de recordar la forma segura en que Anteros podía abandonar su mente y cuerpo sin que los pequeños le quiten la vida en el proceso.
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- Jun Ho... estás muy callado... – ambos estaban sentados en el comedor, cenando en medio de un silencio muy incómodo.
- lo siento, es que no tengo nada qué decir... – el gemelo trató una vez más, de sonreírle, pero como cada que lo intentaba, solo conseguía una mueca que mas parecía de fastidio.
- Jun Ho.... ya no me quieres?... – el chico raro ya no lo podía soportar más, necesitaba saberlo, quería indagar si aún tenía el sustento emocional de su pareja, o si definitivamente tendría que comenzar a pensar en una vida de “umma” soltero.
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o más bien... deja tus pensamientos pervertidos grabados en esta entrada XD
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